La importancia de los puntos violeta en nuestras fiestas
El Ayuntamiento de Murcia está apoyando su implantación en las fiestas de puestos para evitar el acoso. Los voluntarios nos han contado su experiencia y alguna incidencia que han sufrido
Simulación del resultado de los puntos violeta realizada por el Consistorio / Ayuntamiento de Murcia
Murcia
2018 ha sido el año del feminismo. El 8M y el caso de La Manada lo han cambiado todo. En fiestas y en festivales proliferan los puntos violeta. La concejala de Derechos Sociales, Conchita Ruiz, explica los objetivos de estos puestos.
Sensibilizar a la sociedad, a toda la ciudadanía murciana, sobre la importancia de tener unas fiestas libres de violencias sexistas y de violencias machistas.
El Ayuntamiento de Murcia comienza hoy unos cursos para formar a los voluntarios que colaborarán en los puntos violeta. La jefa de la sección de Mujer, Juana Herreros, cuenta que lo fundamental para un voluntario es que mantenga la calma.
En caso de acoso, "hay que acercarse a la víctima, hay que preguntarle cómo se encuentra, si necesita ayuda. Hay que creer siempre lo que la persona le diga, no hay que juzgarla ni cuestionarla. No hay que dejarla sola, sino tratar de ofrecerle seguridad y protección".
Herrero insiste en la importancia de respetar sus decisiones en todo momento porque el acosador lo primero que ataca es la voluntad de la víctima.
Estos puntos violeta ya se han empezado a poner en práctica. José Javier Martínez fue voluntario en San Pío. Asegura que no tuvieron que atender ningún caso de acoso. Valora con un 10 la experiencia.
"La verdad es que mi experiencia participando en un punto violeta ha sido bastante enriquecedora. Además de haber recibido formación en todo tipo de agresiones sexuales, haces una gran labor asesorando y realizando el objetivo principal que es prevenir este tipo de violencia", asegura José Javier.
Pero no todo es positivo. Almudena Martínez coordinó el punto violeta de El Palmar. Nos ha contado que recibieron amenazas solo por poner música feminista.
Sufrimos insultos y amenazas y tuvimos que llamar a la policía local. Todo fue porque simplemente pusimos música feminista en una carpa pequeña y cerrada que a dos metros no se escuchaba la música. No interrumpíamos el concierto.
Desde las instituciones llaman a la colaboración a toda la sociedad en estos puntos violeta. Recuerdan a cualquier posible víctima que acuda a ellos o a cualquier autoridad. Y, por último, un alegato: No es no.
