El Rey, en la Academia General Militar de Zaragoza

Zaragoza

Calor y felicidad en la Academia General Militar. El Rey Felipe VI ha presidido este miércoles el acto de entrega de los Reales Despacho a los militares y guardias civiles que han terminado su formación en la Academia en la que el propio monarca se formó. Siempre suele ser un día caluroso, pero este año algunos oficiales incluso se han desmayado.

Son jóvenes, están entrenados para actuar en condiciones complicadas y con esfuerzo físico, pero aún así, el sol caía a plomo hoy sobre el patio de la Academia General Militar y, ante la sorpresa de muchos, algunos oficiales incluso se han desmayado durante la hora larga que tenían que estar en formación, ataviados con los trajes reglamentarios. Y todo, mientras los familiares allegados les miraban atentos, entre abanicos y algún que otro sofoco.

A la sombra, aguantando mejor el tipo, el rey Felipe VI ha hecho entrega de las conderaciones y Reales Despachos a los número 1 y a continuación, entrega de los Reales Despachos al resto de oficiales. A continuación, el director de la Academia ha agradecido el esfuerzo de los nuevos oficiales y ha dicho que comienza una nueva etapa llena de desafíos pero también de oportunidades. Al acto han acudido también el presidente de Aragón, Javier Lambán, la delegada del gobierno Carmen Sánchez y el fiscal superior de Aragón José María Rivera, entre otros.

Nadie se ha salido ni un milímetro del protocolo y, por supuesto, nadie ha mencionado el nombre de Corinna, que según algunas informaciones publicadas hoy podría haber actuado como testaferro del rey emérito Juan Carlos I.

No ha faltado el homenaje a los caídos por España y el himno de la Academia General Militar que con orgullo cantaron los militares y la Guardia Civil. Y ya fuera del protocolo, pero tan tradicional como el resto, los 286 oficiales han lanzado sus gorras al aire y se han abrazado contentos por lo conseguido.