Maria Antonia Munar vuelve a Mallorca
El reencuentro entre la isla y la mujer que se creyó su propietaria única no puede despacharse como una noticia más

"La línea roja" de Matías Vallés (13/07/18)
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PALMA
Sería un sarcasmo decir que las cárceles de Mallorca, Menorca o Ibiza están en Mallorca, Menorca o Ibiza respectivamente.
Aparte de que ya no sabemos muy bien qué cosa son Mallorca, Menorca o Ibiza, ni cómo distinguirlas de otros sitios, las cárceles son no-lugares.
La celda es ninguna parte, la pena de privación de libertad es en realidad una privación de lugar.
O sea, de identidad.
Desembocamos así en Maria Antònia Munar, que consigue su primer permiso de tres días después de casi dos mil días de encierro.
Munar no sale de la cárcel, sino que vuelve a Mallorca.
Temporalmente, pero eso también ocurre en todos los casos.
El regreso de Munar a Mallorca ocurre bajo condiciones de estricta vigilancia, que ojalá se hubieran movilizado para evitar sus delitos.
Durante décadas, Munar fue el otro nombre de Mallorca, dominó la isla como nadie lo había logrado antes o después.
El reencuentro entre la isla y la mujer que se creyó su propietaria única no puede despacharse como una noticia más.
Munar se encontrará con una Mallorca que cree haberla olvidado, pero que guarda las heridas de sus decisiones en Can Domenge, en el entorno del aeropuerto en la carretera de Manacor o en el edificio de Gesa.
En cambio, Mallorca no sabe a qué Munar se encontrará.




