José Ángel Fernández Villa retorna al banquillo
Tras ser suspendido por su ingreso en la Unidad de Cardiología del HUCA, se ha reanudado el juicio
Oviedo
Que se resuelva de una vez: es lo que espera el SOMA, en la reanudación del juicio a José Ángel Fernández Villa. El exsindicalista se ha mostrado especialmente activo durante la vista, negando con la cabeza aspectos de la declaración del actual secretario general, José Luis Alperi, o afirmando de forma perfectamente audible no tener “ninguna” relación con Amalio Fernández, quien fuera una de sus personas de confianza cuando se encontraba al frente del sindicato. Ello no impidió que a poco más de una hora del inicio de la sesión pidiera un receso, alegando estar cansado.
El juicio se ha reanudado después de haber tenido que ser suspendido por la hospitalización de Fernández Villa. El SOMA, sindicato que dirigió durante tres décadas, le acusa de la apropiación indebida de 340.000 euros de la organización, conforme al resultado de la auditoría interna encargada tras saberse que Villa había regularizado 1,4 millones de euros de origen indeterminado, acogiéndose a la amnistía fiscal de Montoro. Se pide una condena de hasta seis años. El actual secretario general de SOMA-FITAG-UGT, José Luis Alperi, volvió hoy a prestar declaración como testigo. Alperi dijo que "confiamos en la Justicia y todo lo que esperamos es cerrar cuando antes todo este asunto".
Los testigos reprodujeron de forma fiel sus declaraciones cuando fueron preguntados cuando se juzgaba al gerente del INFIDE, Pedro Castillejo, con ligeras variantes. José Luis Alperi tuvo que ver cómo Fernández Villa negaba con la cabeza cuando declaró que le habían sido entregadas agendas personales, libros y otros efectos que tenía en el sindicato. Villa incluso levantó la mano para pedir la palabra. Recordemos que durante su declaración lamentó que no le hubieran sido devueltos recuerdos y efectos personales, como los mensajes condolencia por la muerte de su madre.
También prestaron declaración Amalio Fernández y Aquilino Ronderos. Amalio Fernández afirmó haber mostrado su disconformidad con la compra del coche Mitsubishi y se le dijo lo asumía José Ángel personalmente, a lo que ya no ofreció objeción alguna. Cuando la presidenta del Tribunal le preguntó si tenía alguna relación personal con Fernández Villa, el exsindicalista dijo de forma bien audible que “ninguna”. Tanto Amalio Fernández como Aquilino Ronderos, fueron miembros en distintos momentos del Comité Intercentros de Hunosa. Reconocieron haber cobrado del sindicato gastos de kilometraje o comidas mediante presentación de facturas, pero negaron haber recibido ningún tipo de dietas por asistencia pagadas por Hunosa, cuyos expresidentes declararon previamente que abonaban esas dietas mediante cheques que ingresaban los sindicatos.