Whomadewho y Morcheeba convierten 'La Mar de Músicas' en una pista de baile en la segunda jornada
Los congoleños KOKOKO! pierden el vuelo y no llegan a tiempo a su actuación en Cartagena
Cartagena
La segunda noche en el festival La Mar de Músicas de Cartagena estuvo protagonizada por la música para bailar, con dos propuestas muy distintas, pero igualmente válidas para dar rienda suelta a las ganas de soltarse de un público que llenaba el auditorio del Parque Torres.
Abrieron la velada Whomadewho. que en castellano se podría traducir como “Quién-hizo-a quién”, pintoresca formación procedente de Dinamarca (país invitado este año al ciclo) con una original actuación. Ataviados con minimalismo (diría que lo que llevaban eran pijamas de hospital de color marrón), su música es, sin embargo, mucho más compleja. Se especializan en la creación de atmósferas. Paisajes sonoros que van de lo ruidoso, con todos los instrumentos distorsionados, a cambios de ritmo radicales para introducir el más fresco pop bailable. En ocasiones nos introducían en mundos que hubieran firmados los maestros del rock sinfónico y la psicodelia de los años 60 y 70 del siglo pasado, frutos de alucinaciones químicas. Y sin solución de continuidad, estaba toda la concurrencia saltando ante frenéticos ritmos en los que tomaban protagonismo la batería, el bajo y la guitarra, arropados por efectos y bases rítmicas generadas por ordenador.
Se podría decir que Whomadewho trajeron calor desde un país gélido, ya que su música –electrónica, con todos los elementos puristas del género- no destilaba frialdad, sino una calidez que era consecuencia de la presencia de un prodigioso baterista en directo, y a la profundidad del toque del bajo (punteando las cuerdas, dando una mayor gravedad aún al sonido), además de una guitarra alegre y dinámica.
Cabe resaltar la actuación de Tomas Barfod, el batería que da un toque de distinción a la formación, ya que no es común que un grupo de música electrónica la lleve en directo. Y esto, junto a la personalidad del bajista y cantante Tomás Hoffding, y del guitarrista Jeppe Kjellberg, hacen de Whomadewho, un grupo distinto y muy notable. Cercanos y enrollados, se pasearon varias veces por el graderío. Cerrabas los ojos y creías estar en un “after” de los que salen en las películas, llenos de gente algo perjudicada a altas horas. Los abrías, y te encontrabas a la correctísima concurrencia del Parque Torres bailando con desenfreno.
Morcheeba, pop elegante
La noche del sábado se redondeó en el auditorio desde el que se sobrevuela el puerto, el Teatro Romano y toda la ciudad de Cartagena, con el brillantísimo directo de Morcheeba, grupo inglés formado por Skye Edwards, cuyo porte y voz nos sugerían por momentos a Sade, al bajista Esteve Gordon, al teclista Richard Milner y al batería Jaega Mickenna-Gordon. Mención especial merece el guitarrista Ross Godfrey, cuyo toque otorga personalidad a la formación.
Su forma de tocar, con punteos largos, como estirando las cuerdas, permite crear un ambiente en las canciones, que con el delicioso envoltorio de la voz de Skye, hace de este grupo un banda a tener muy en cuenta por su clase, elegancia y originalidad. Algo parecido a las guitarras de Simple Minds, o en versión española, a la forma de tocar de Antonio L. Gil, de Danza Invisible.
A lo largo de su actuación presentaron algunas canciones de su nuevo disco, “Blaze away”, recién lanzado, con esa mezcla que les hace distintos: blues, psicodelia, soul y trip hop.
Durante hora y media de actuación, crearon una atmosfera que en las primeras canciones era de puro chill-out, relajación para olvidar las tensiones de la semana, para ir subiendo de nivel rítmico y terminar con una concurrencia puesta en pie, bailando (además de sus canciones se marcaron una maravillosa versión de “Let´s dance” de David Bowie) y una cantante despojada de sus taconazos, andando descalza por el escenario. Y entre confesiones como “hace un calor que te cagas” (sus únicas palabras en español) y su faceta de modista, ya que tras preguntar al público: ¿os gusta mi vestido?, afirmó: “pues me lo he hecho yo”.
Simpatía y buen rollo en un concierto que para muchos fue el descubrimiento de una banda a tener muy en cuenta.
La noche debía haber terminado en el Castillo Árabe con el grupo KOKOKO!, de la República Democrática del Congo, pero por las pantallas se anunció que habían perdido el vuelo y no habían podido llegar.