Los grandes yates son muy aburridos
Estamos hablando de mullidas alfombras de un palmo de espesor y de un salón más grande que un piso medio, donde las gigantescas lámparas quedaban empequeñecidas a cerillas

"La línea roja" de Matías Vallés (24/07/18)
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PALMA
Estamos acostumbrados a ver los grandes yates del verano balear solo por fuera, y es mejor así.
La fachada nos evita una decepción.
Pude comprobarlo cuando entrevisté al financieron Javier de la Rosa en su magnífico ’Blue Legend’, con un vigilante claramente armado en el exterior de la embarcación.
De la Rosa me recibió con notables muestras de alborozo.
Pensé que su entusiasmo se debía a la importancia que concedía a nuestro encuentro periodístico.
Cuánto me equivocaba, se trataba simplemente de que se aburría mortalmente en la inmensidad de su ‘Blue Legend’.
Estamos hablando de mullidas alfombras de un palmo de espesor y de un salón más grande que un piso medio, donde las gigantescas lámparas quedaban empequeñecidas a cerillas.
Finalizada la conversación, me dispuse a regresar a la redacción.
No contaba con la obstinación de De la Rosa para mantenerme a su lado.
No era amistad, sino interés. Le aguardaba una larga velada solitaria, aunque podía pagarse todos los placeres del mundo.
El ‘Blue Legend’ le impedía ser feliz, así que guarden su envidia para otros lujos. Un Ferrari, por ejemplo.




