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SER SALUDABLE

¿Cómo logramos desconectar en vacaciones?

Te damos las claves para hacerlo

Desconectar en verano

Desconectar en verano

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Valencia

Lo intentamos, pero en muchas ocasiones no conseguimos nuestro objetivo: Descansar en vacaciones. “La desconexión es un derecho de todos, no sólo de quienes cobran una nómina”, admite el psicólogo, Alberto Soler, autor deHijos y padres felices. Un estudio, Exhausto, pero incapaz de desconectarme: el impacto de las expectativas organizacionales relacionadas con el correo electrónico en el balance entre la familia y el trabajo, investigaba los efectos de los correos electrónicos de trabajo fuera del horario laboral sobre el equilibrio trabajo individual-familia e identificación laboral.

 El estudio encuestaba a alrededor de 365 personas y admite que responder correos de trabajo fuera del horario laboral provocaría impactos en el nivel de estrés del trabajador, y aumentaría las posibilidades de sufrir el síndrome de burnout.

 “Nadie puede rendir al 100% durante largos periodos; ni los que tienen un trabajo más físico, ni los que tienen un trabajo más mental, ni los estudiantes, ni tampoco quienes se dedican a labores de cuidado no remuneradas (por ejemplo, con los hijos, padres mayores, etc.). Todos necesitamos intercalar periodos de actividad con periodos de descanso”, afirma Alberto Soler. Pero… ¿Cómo podemos conseguir ese descanso? ¿De qué manera influye en nuestra salud física y mental? Si descansamos… ¿Evitaríamos el “síndrome del trabajador quemado?

 Organismos como la Asociación Americana de Psicología ofrecen consejos para gestionar el estrés en el trabajo y evitar el burn out… ¿En qué consiste?

 El burn out, o el síndrome del trabajador quemado, es un tipo de estrés laboral que se manifiesta tanto a nivel físico como emocional, y acaba teniendo implicaciones en la autoestima y la motivación de quien lo sufre (y puede desembocar en trastornos más graves como, por ejemplo, depresión o trastornos de ansiedad). Aunque en el DSM5 no aparece recogido, sí se menciona en la CIE-10.

 Algunos de los síntomas principales serían el agotamiento emocional, irritabilidad, pérdida de motivación y falta de sensación de realización. No es sólo estar cansado por el trabajo y necesitar unas vacaciones, eso nos ocurre a todos, sería algo más profundo que además estaría relacionado con unas condiciones laborales disfuncionales: problemas en el ambiente laboral, sobrecarga continua, falta de control o de apoyo, problemas de conciliación, baja remuneración, etc.

 ¿Se evita o mejora desconectando?

El burn out es un problema organizacional, por lo que si no se producen cambios en la empresa es difícil que desaparezco; no obstante, en algunos casos puede verse mejorado, sobre todo en contextos laborales en los que se espera que los empleados estén siempre disponibles para la empresa, ya sea mediante el teléfono, correo electrónico, etc. En esos casos, en los que esa conexión permanente (en forma de horas extras no remuneradas) está detrás del burn out, una mejor separación trabajo-vida personal puede mejorar los síntomas. No obstante, si entendemos la desconexión como, simplemente, irse dos semanas de vacaciones a la playa, los síntomas pueden mejorar durante ese periodo de tiempo al estar alejados de la fuente de los problemas, pero a la vuelta a la rutina rápidamente aparecerán de nuevo.

 ¿Qué es desconectar?

La desconexión pasa por una correcta separación entre distintas parcelas de la vida, en este caso, laboral y personal o familiar. La posibilidad de desconectar variará en función del tipo de empleo, el sector, la responsabilidad, el cargo, etc. Por ejemplo, puede serle más sencillo desconectar al dependiente de unos grandes almacenes, que no tiene tareas extra en el momento en el que abandona su puesto, que a una empleada de banca; o a una asalariado frente a una empresaria. Y puede ser más difícil aún para quien no tiene un trabajo remunerado y su ocupación principal es trabajo de cuidados.

En todo caso, con la adopción de las (ya viejas) nuevas tecnologías en el ámbito laboral, cada vez es más complicado desconectar; muchos puestos de trabajo llevan implícitos el estar pendientes del correo, mensajes o llamadas fuera del tiempo de oficina, lo que acaba implicando muchas más horas trabajadas, siendo sólo unas pocas de ellas remuneradas.

 ¿Por qué resulta saludable hacerlo en vacaciones?

No es que resulte “saludable” desconectar en vacaciones, es que son vacaciones cuando desconectamos, si no, no son realmente vacaciones. Nadie puede rendir al 100% durante largos periodos; ni los que tienen un trabajo más físico, ni los que tienen un trabajo más mental, ni los estudiantes, ni tampoco quienes se dedican a labores de cuidado no remuneradas (por ejemplo, con los hijos, padres mayores, etc.). Todos necesitamos intercalar periodos de actividad con periodos de descanso, y por ley los trabajadores tienen generalmente 30 días de descanso que pueden distribuir a lo largo del año; por diferentes motivos, gran parte de esos días se suelen emplear en verano, aunque hay muchas personas que prefieren hacerlo de otro modo.

 ¿Sabemos desconectar?

La pregunta no es si sabemos desconectar, es si nos dejan desconectar. Las madres que se dedican íntegramente al cuidado de los hijos no desconectan, sea agosto o sea marzo. Lo mismo pasa con quienes cuidan a un familiar dependiente. Y respecto al trabajo remunerado, tampoco todos pueden desconectar. Durante estas semanas estoy escuchando mucho en la consulta frases del tipo: “sí, me he cogido un par de semanas de vacaciones, pero miedo me dan con el teléfono, es que no me dejan tranquilo. Y espérate si no lo coges, que te encuentras 20 llamadas perdidas”. A veces queremos desconectar pero no se nos permite. O los empresarios, que pueden estar de vacaciones pero siguen necesitando estar pendientes del día a día de sus negocios. Por otra parte, tenemos también a personas que, aún pudiendo desconectar, no lo hacen del todo: porque todos tenemos obligaciones en casa, queremos aprovechar las vacaciones para hacer todo aquello que ha quedado pendiente durante el año… ¡Y al final acabamos las vacaciones más cansados de lo que las empezamos!

 Caso práctico... ¿Cómo podemos lograr desconectar en vacaciones?

 La forma de desconectar va a depender de nuestra ocupación; por ejemplo, si tenemos un trabajo con mucha carga de correos, es necesario programar una alerta OOF (Out of Office, fuera de la oficina) para alertar a quienes quieran contactarnos de que estaremos fuera una temporada. Luego, a la vuelta, ante la carga de correos, éstos deberían ser respondidos dentro de la jornada laboral, claro, si no poco hemos avanzado. Si nuestros compañeros o jefes son mucho de llamar por teléfono, quizá es necesario que nos “hagamos los sordos”. Es quien recibe la llamada quien decide si es buen momento para atenderla o no, el simple hecho de que suene el teléfono no tiene que implicar nuestra disponibilidad para atenderlo. Esto también envía un mensaje a quien llama, y al final acaban aprendiendo que somos nosotros quienes decidimos cuándo podemos hablar y si lo queremos hacer, especialmente fuera del horario laboral.

Y si la carga viene por labores de cuidado, que es la carga invisible por excelencia, es importante aprovechar los descansos de la gente que se tiene alrededor (pareja, hijos, etc.) para que sean ellos quienes se encarguen de tareas que habitualmente evitan por otros motivos. El descanso y la desconexión es un derecho de todos, no sólo de quienes cobran una nómina.

 Sara Tabares es entrenador personal en Valencia y Directora de PERFORMA Entrenadores Personales.

 
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