La catedral ha amanecido con una de las esculturas de la Praza de Praterías pintada, imitando la apariencia de Catman, uno de los miembros del grupo de glam rock, Kiss. El acto, tachado por el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, de «barbarie patrimonial», saldrá muy caro al autor de la pintada: aplicando la Ley de Patrimonio Histórico, la multa oscila entre los 6.000 y los 150.000 euros. Gracias a las imágenes registradas por las cámaras instaladas en la plaza, tanto Xunta como arzobispado confían en dar pronto con los responsables del acto vandálico. De momento, la prioridad es retirar la pintura de la escultura del siglo XII. Por suerte, la operación será rápida, sencilla y de bajo coste gracias a la máquina de rayos láser con la que ya cuenta la catedral por la reciente restauración del Pórtico de la Gloria. Este atentado contra el patrimonio compostelano ha despertado la indignación de las autoridades locales. Por su parte el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, ha manifestado tolerancia cero ante este tipo de actuaciones, que son, a su ver, una cuestión de «falta de civismo». «Si nos tocan el patrimonio que da razón de ser a la ciudad, nos están tocando a todos y todas en la ciudad», aseguró Noriega.