La extinción de los higueristas: dimiten Uriel y Miriam Peña
No comparten la línea de Pitma con el racinguismo
Santander
Juanjo Uriel y Miriam Peña, los dos únicos directivos que llegaron al Consejo desde el racinguismo, han presentado su dimisión por escrito al presidente de la entidad. La línea que está siguiendo el club, bajo la dirección de Pitma, en relación a los abonados y socios racinguistas, ahora tratados como clientes, les han convencido de que lo mejor era marcharse. Ellos dos eran los únicos que estaban en el club desde antes de la entrada en el capital de los empresarios Alfredo Pérez y Pedro Ortiz.
Alfredo Pérez les convenció para que se quedaran, cuando ellos habían dimitido junto a Manolo Higuera, asumiendo como propio el fracaso deportivo, con el argumento de que ellos serían el nexo de unión con el racinguismo de siempre. Les convenció, pero solo dos meses después han visto que la dirección que se toma es la contraria y que su opinión no cuenta.
A esta separación se puede decir que llegan de manera amistosa, apenas un mes y medio después de haberse reenganchado en el Consejo de administración se van sin un enfrentamiento directo (hay menos reuniones de Consejo que con Higuera), sino por el cúmulo de indicios que recibían de que ellos y sus opiniones no eran tenidas en cuenta, en especial en el capítulo social.
Ahora en el Consejo quedan los dos propietarios de Pitma, tres de su empleados, Álvaro Villa, Manuel Gómez y Cristobal Palacio, y dos amigos y proveedores del grupo, que entraron en el capital de la mano de Alfredo Pérez, Paco Gutiérrez, de Artipubli, y Emilio Criado, de Autogomas.