Bouzán y Llamedo vencen en el Descenso Internacional del Pisuerga, en Alar del Rey
Cerca de 300 palistas de casi 40 clubes de España, Sudáfrica y Uruguay dieron color a la competición
Alar del Rey
La pareja asturiana compuesta por Walter Bouzán y Emilio Llamedo venció este miércoles en la categoría de K-2 en la 54 edición del Descenso Internacional del Pisuerga, disputado a lo largo de 17 kilómetros, desde el puente de Olleros hasta la meta, ubicada en Las Monjas, en Alar del Rey. Por fin, este año el río contaba con buen caudal para la prueba, lo que animó a cerca de 300 palistas de casi 40 clubes de España, Sudáfrica y Uruguay a dar color a una competición que llenó las riberas del río en la fiesta palentina de las piraguas.
El tiempo de la pareja, de 46,05 minutos, les situó como uno de los mejores en la histórica prueba, y a solo dos minutos del récord de la misma, establecido en 1985 por los hermanos Chalupsky, de Sudáfrica, que pararon el reloj en 44,02. En la modalidad femenina del K-2 las ganadoras fueron Lidia Díez e Irene González. Igualmente, en el K-1 masculino venció Guillermo Fidalgo.
La cita es una de las más importantes del estío, unida la historia de Alar del Rey y junto al nacimiento del Canal de Castilla. Declarada de Interés Turístico Nacional desde 1971, cada 15 de agosto palistas procedentes de diversos puntos de la geografía nacional e internacional se dan cita en la villa para poner a prueba su competitividad. El descenso se organiza desde 1964, haciendo sonar el nombre de Palencia y de Alar en los cinco continentes, pues muchos de sus ganadores son australianos. La prueba comienza en el puente de Olleros de Pisuerga, sigue por las tabladas de Nogales, que separadas de varias presas, ponen a prueba de caídas a los palistas, hasta cruzar la meta situada en la localidad alarense.
Los participantes recorren un trayecto de 17 kilómetros, en el que salvan cinco presas y diversos rabiones, una corriente de río en la que por su estrechez o por la inclinación del cauce se hace violenta e impetuosa. Destacan por su espectacularidad las de Mave, Nogales y la de la fábrica del campo, así como el rabión del Diablo, que pone a prueba la habilidad de los piragüistas. También, ya cerca de la línea de meta, el túnel de la muerte, angosto final para los participantes que ya exhaustos deben sortear este último peligro.
La fiesta no sería tal sin hacer mención al rey Neptuno, quien gobierna todas las aguas y mares y que siempre tendrá a su lado a los poderosos ‘Tritones del Pisuerga’, escoltado en su viaje por los jóvenes palistas. Neptuno navega a lomos de una gran ola desde el puente colgante hasta la tablada en el nacimiento del canal y el azud, y junto con sus hijos los tritones, buscan a Thor, dios del trueno.