Buenas impresiones
El nuevo Sporting logra su primera victoria siendo muy superior al Nástic y con varios de los fichajes apuntando sensaciones muy positivas

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Gijón
Con una mezcla de ilusión y escepticismo, 21.586 acudieron a El Molinón intentando reconocer a su equipo. Era la primera toma de contacto directo entre la grada y un equipo renovado. La primera misión era reconocer en el campo a los jugadores; la principal, disfrutar con el equipo y verle ganar. El Sporting lo hizo, ganó, y además con total justicia. Salvo en una fase del partido, los rojiblancos fueron muy superiores y llegaron a ofrecer momentos de muy buen fútbol. La primera impresión fue satisfactoria. Este Sporting, concebido para ganar, ya gana.
Ante un rival flojo (en parte por mérito del Sporting) logró el equipo gijonés su primera victoria de la temporada, gracias a los goles de Hernán Santana y Robin Lod. En una temporada en la que toca aferrarse más que nunca a la filosofía de que el fin justifica los medios, el Sporting ya tiene cuatro puntos y empieza a demostrar que ha fichado a algunos jugadores de gran calidad. Todos ellos de fuera, ningún asturiano, ni siquiera que haya pasado por el filial, en el once inicial de este domingo. Este es un dato objetivo, que para algunos puede ser un arma arrojadiza y para otros una anécdota sin ninguna importancia. Para los segundos, si el equipo sigue ganando, confirma los detalles de buen fútbol que ha apuntado y, desde luego, si acaba subiendo, la temporada será perfecta. Para los primeros, ese hipotético fin sería satisfactorio pero las formas resultarían discutibles. El debate, inevitable en torno a un club históricamente orgulloso de su cantera, pasa a un segundo plano si las circunstancias acompañan. Y este domingo el equipo dejó muy buen sabor de boca.
Quizás el fútbol moderno sea esto, y todo se dará por bueno si el equipo sigue ganando y acaba subiendo, pero entonces el discurso debe ser coherente y resulta absurdo seguir sacando pecho con la supuesta marca Mareo. Toda la aportación asturiana en el partido fue un cuarto de hora: el que disputó Nacho Méndez, dejando una magnífica asistencia para el segundo gol.

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Una cosa no quita la otra. Si el Sporting se hincha a fichar cada verano, toca analizar el rendimiento de los fichajes. Y los recién llegados tienen buena pinta. Sousa hizo un partidazo, con presencia en mediocampo y una gran facilidad para llegar a línea de fondo y servir asistencias. La chispa de Álvaro Jiménez promete dar muchas alegrías a la afición. Cofie, aunque con algún despiste, es un gran timón para el equipo. Geraldes y Molinero cumplieron en los laterales. Djurdjevic apuntó maneras de delantero muy bregador y con carácter, aunque le faltó chispa con la pelota en los pies. Desde el banquillo salieron Neftalí, buena alternativa para el ataque, y un Robin Lod que está llamado a ser una de las estrellas de la categoría, si la salud le acompaña. Más allá de debates identitarios, parece claro que el Sporting tiene una buena plantilla, más teniendo en cuenta que está en plena fase de construcción.
Dominante casi siempre
El Sporting dominó con autoridad todo el partido, salvo una fase de titubeo en la segunda mitad. A diferencia del choque de Alcorcón (tan marcado por las circunstancias adversas), el equipo de Rubén Baraja quiso la pelota y construyó fútbol; sufrió algo más cuando en la segunda parte, ya con ventaja en el marcador, reculó, le dejó la pelota al Nástic y trató de salir al contrataque. Pero el rival (también debe apuntarse) fue bastante inocente y no lo aprovechó demasiado.
El primer tanto llegó a los 23 minutos, aprovechando el Sporting un error de Fali en su propio campo. Recuperó la pelota el equipo gijonés, con el Nástic a contrapié. Sousa recibió el balón en el área, llegó a línea de fondo y sacó un centro raso al que no llegó Djurdjevic en el primer palo, pero sí Hernán Santana, que con toda la portería para él ajustó su disparo al palo derecho de la portería tarraconense.

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Tras esos minutos de cierta duda tras el descanso, el equipo mejoró con los cambios. Con Nacho Méndez y Robin Lod en el campo el conjunto gijonés comenzó a trenzar algunas jugadas muy aplaudidas por los 21.586 espectadores que se dieron cita en El Molinón. Para quienes puedan concluir que Mareo es terreno yermo, Nacho Méndez demostró que algo de ahí se puede sacar. En el minuto 80, se internó en el área, tiró un amago, llegó a línea de fondo y sirvió en bandeja a Robin Lod el segundo tanto. Los aficionados que acudieron a El Molinón con el lógico punto de esceptismo ante tanto desconocido se fueron sabiendo que, al menos, calidad hay. Y los que simplemente quieren que el Sporting gane, sin pensar en mucho más, también se marcharon felices. Si la primera impresión es la que cuenta, el primer encuentro cara a cara entre equipo y afición dejó una muy buena sensación.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




