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Toni Mohamed: Cholo en casa

El técnico argentino quiere cambiar el chip al Celta para que también sepa jugar de otra forma

Antonio Mohamed dirigiendo al Celta en el Ciutat de Valencia / Miguel Angel Polo EFE

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Mohamed escribe su guión y tiene claro lo que quiere para su Celta. Desde el primer día. Escribe capítulo a capítulo (partido a partido) en función de los elementos con los que cuenta y con los que no. Declarado seguidor incondicional de Coco Basile y admirador profundo del Cholo Simeone, en el terreno de juego también se empiezan a vislumbrar cambios significativos con respecto al Celta de toque eterno de Unzué. El priorizar la posesión, el tocar en horizontal hasta la extenuación esperando cansar al rival, la obsesión por la salida de balón jugado incluso en el saque de portería, no es que vaya a caer en desuso no, pero ya no será un recurso irrenunciable.

El Celta será muy intenso en la presión arriba, pero también en el repliegue con esa teoría de los 7 segundos tan de Basile que aplica Mohamed: que los laterales se incorporen al ataque, ordenadamente, pero teniendo en cuenta que necesitarán 7 segundos para recuperar la posición y evitar una jugada de peligro rival. De la preocupación por las bandas del Levante vino el plantear un sistema flexible con 5 atrás que, por momentos, pasaba a ser un 4-4-2 pero con Hugo Mallo de falso extremo por delante de Roncaglia. Esa táctica que ya vimos en otras ocasiones para frenar al Celta de Berizzo. Nos lo hizo el Madrid de Benítez con Danilo y Carvajal o el Valencia con Cancelo y Barragán. Matices del sistema en función del rival, del campo o de las circunstancias. A tenor del resultado, le funcionó. Y eso ya es un paso para ecomendarnos al cholismo de Mohamed. Con matices, con su librillo, con su sello, pero definido. Ya dejó claro que la opción de 5 atrás o con 5 defensas en un 4-4-2 va a estar ahí toda la temporada. Que puede aparecer en otros capítulos

Y este Celta parece más flexible en su propuesta; lo es. Mohamed lo tiene claro y lo cuenta con toda naturalidad. Como es él. Será un equipo más cholista que bielsista. Pero sobre todo quiere que sea un Celta ganador. El Celta tuvo en Orriols un 45% de posesión, en algunas fases del partido mucho menos. Fue mucho más directo que el año pasado para intentar romper al rival en transiciones relámpago, casi sin necesidad de pasar por el centro del campo. Cuando tuvo que replegarse lo hizo sin tapujo alguno y si tuvo que acabar con los cinco defensas y Okay para pasar a un trivote por delante, también. Si el objetivo era, en los últimos minutos, defender, robar rápido y matar a la contra por velocidad, Mohamed metió a Boufal por Aspas y a Eckert por Maxi.

El Celta dio 369 pases por 425 del Levante que tampoco es un equipo al que le guste tocar. Pero el Celta le cedió la iniciativa y el Levante estuvo más incómodo en algunos momentos. Decía Mohamed al acabar el partido que su equipo se encontró cómodo en el ida y vuelta. Y así fue en buena parte del choque. Otro dato muy significativo: los celestes hicieron 34 despejes; ese es otro de los aspectos que ha querido dejar claro Mohamed que viene en su manual de estilo: no arriesgar en vano. Que por querer hacerlo bonito se pueda acabar encajando un gol tonto. Eso no quiere decir que el Celta renuncie a sacar el balón jugado desde atrás, pero tiene que saber elegir el momento.  Aquellos goles u oportunidades concedidas  al rival por ponerse a pisar el balón dentro de área propia o tirar paredes en la frontal parecen desterrados o minimizados. Reducir riesgos que se diría en el Cholismo. Aquellas recepciones de Lobotka de espaldas intentando regatear también; Sergio regateando y raseando el balón en corto con los centrales se ha cambiado por aguantar el balón y buscar más en largo a Maxi. Araújo o Júnior Alonso lo tiene claro y han ayudado a esa contundencia que quiere Toni Mohamed. Si la bola tiene que irse a la grada, se pega un pelotazo y no pasa nada. No quiere decir que no se juegue al toque como se demostró en el segundo gol del Celta; pero si hay que dar un pelotazo se hace; como Godin o Giménez lo hacen a petición del Cholo. No pasada nada. Está claro que, hasta que se habitúe, Aspas puede sufrir en un fútbol menos asociativo. En Valencia el sacrificado fue su “socio” Brais Méndez, encargado de la conexión del juego de elaboración con los tres de arriba. Pero todo será cuestión de adaptarse. En casa contra el Espanyol fue un Celta más parecido al año pasado; o al de los últimos tiempos. Contra el Levante que venía de ganar 0-3 al Betis y que llevaba 5 victorias seguidas en Orriols el guión fue diferente. Mohamed cambió el chip al equipo; lo quiere hacer para ser competitivos al máximo. Este Celta tiene su guión y los resultados serán los que marquen si hay una buena trama; también si hay o no muchos giros en el relato del técnico argentino. Lo que está claro es que Mohamed tiene personalidad y lo ha demostrado desde el primer día. El sábado se medirá a Simeone; su ídolo. Con 4 puntos de 6 posibles lo podrá preparar con más tranquilidad. Podrá estar más inspirado y menos presionado. En este guión de Mohamed, seguro que seguirá yendo capítulo a capítulo. 

 
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