La medición individual de la calefacción supondría un ahorro de hasta el 20%
El proyecto de real decreto pendiente de aprobación traería consigo un mayor control del consumo y permitiría el ajuste a las necesidades de cada vivienda
Bilbao
La medición individualizada del uso y cobro de la calefacción y el agua caliente sanitaria podría suponer ahorros del 20%, según un estudio realizado por el grupo ENEDI de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
La individualización de la contabilización y cobro de los consumos de calefacción y agua caliente se encuentra en distintos niveles de desarrollo en los países europeos. La Directiva 2012/27/UE, relativa a la eficiencia energética, que se publicó en 2012, fijaba la obligatoriedad de implantación de este tipo de sistema para todos los estados miembro. A pesar de que la directiva marcaba como límite el año 2016 para que los estados transpusieran la directiva a su legislación interna, hoy es el día que “todavía aquí no se ha hecho; ahora mismo hay un proyecto de real decreto por el que se transpondrá la directiva, pero que a día de hoy, se encuentra a la espera de aprobación”, explica Jon Terés, miembro del grupo de investigación ENEDI de la Escuela de Ingeniería de Bilbao de la UPV/EHU, y uno de los autores de este estudio.
A pesar de que la legislación vigente no obliga todavía a ello, “se ha intentado promover por parte de empresas instaladoras, mantenedoras o incluso administradoras de fincas la individualización en las comunidades con instalaciones centralizadas, es decir, aquellas donde un sistema de calefacción y agua caliente sanitaria, y refrigeración, en su caso, suministra a más de un usuario final. Por ello, cada vez son más las comunidades vecinales que deciden llevar a cabo la instalación, aunque todavía una gran mayoría de los edificios con instalaciones centralizadas construidas con anterioridad a 1998 no disponen de estos sistemas”, comenta.
El grupo de investigación ENEDI ha realizado un estudio detallado de los ahorros que supone la individualización de la contabilización y cobro de los consumos de calefacción y agua en un bloque de unos 140 pisos en Bilbao. Tal como expone el investigador, el objetivo que perseguían con esta investigación era “conocer los ahorros energéticos que se obtenían con esta medida en climas templados. La mayor parte de los estudios de este tipo se han llevado a cabo en el norte de Europa, donde las condiciones climáticas son mucho más severas en invierno. Pretendíamos ver hasta qué punto los resultados de esas investigaciones eran extrapolables a nuestro clima, con inviernos mucho menos rigurosos”.
En el estudio realizado, compararon los consumos de gasóleo que tuvo la comunidad durante los dos años previos a la intervención con los consumos de los dos años posteriores. “Los resultados recogieron unos ahorros energéticos en el edificio estudiado de hasta el 20 % durante el periodo analizado, porcentajes de ahorro muy similares a los observados en publicaciones centradas en condiciones del norte de Europa. Además, en el caso de estudio, el periodo de retorno de la inversión sería de unos 10 años, algo asumible para este tipo de sistemas”, detalla Terés.
Mayor control del consumo
La principal diferencia que supone la individualización del consumo es que permite una mayor flexibilidad del uso del sistema de calefacción, y ajustarlo a las necesidades de cada vivienda, y que las personas usuarias, al pagar en base al consumo, toman mayor consciencia del uso de la calefacción y agua caliente sanitaria. Por regla general, esa toma de consciencia trae consigo la reducción del consumo en las viviendas del bloque.
Lo que sucede en las comunidades donde el consumo no está individualizado es que “muchas veces el vecindario ni siquiera puede abrir y cerrar el sistema, y la calefacción funciona en base a lo que acuerda la comunidad, siguiendo una serie de criterios de calendario y horarios, independientemente de que las viviendas estén ocupadas o no en ese tramo, o de la temperatura que cada persona usuaria quiera para su hogar; se da el escenario de estar en invierno con las ventanas abiertas y la calefacción en marcha”, detalla el investigador. Además, el gasto de la calefacción se reparte en función de criterios que nada tienen que ver con el consumo realizado, como los metros cuadrados de cada vivienda.
Vistos los resultados, Terés considera que este caso de estudio supone “un punto de arranque interesante para este tipo de análisis en climas templados. Ahora estamos trabajando en el estudio de los consumos individuales, porque hay vecinos que tienen un ahorro mucho mayor que otros, y tendríamos que realizar este mismo análisis en un mayor número de bloques de viviendas y quizá teniendo en cuenta periodos de tiempo mayores, para poder extrapolar y generalizar los resultados”.