El turismo es un mal negocio para el trabajador

"La línea roja" de Matías Vallés (06/09/18)
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PALMA
Àngels Barceló entrevistó en ‘Hora 25’ a una trabajadora mallorquina que en menos de dos años empleada en el aeropuerto había encadenado once contratos laborales.
No me he equivocado, y usted lo ha escuchado bien. Once contratos en menos de dos años.
Cualquier persona que visite uno de los aeropuertos de Balears, se dará cuenta de que constituyen un negocio boyante.
De hecho, son los únicos aeropuertos del Estado que ofrecen un beneficio sostenido. A Madrid, no a Balears.
El excelente negocio debería asociarse a unas condiciones de empleo favorables al trabajador, pero se quedan hasta las migajas.
Sin embargo, este negocio aeroportuario no solo vuela lejos, sino que se basa en convertir a los trabajadores en una gestoría de sí mismos.
Viven en un estado de ansiedad permanente, preocupados por el próximo contrato.
No hace falta añadir que esta variante de la esclavitud anula cualquier reivindicación.
Porque aquí llega lo peor. Después de trabajar a plena satisfacción, la trabajadora ha sido despedida porque había que hacerla fija.
Todo ello, el año record de los aeropuertos de Balears, el turismo es un mal negocio para el trabajador.




