Dulce condena

Bilbao

Ya hay sentencia del Caso Margüello. Condenados por prevaricación a inhabilitaciones de menos de diez años Elorriaga, exdirector territorial de Sanidad de Bizkaia; Margüello, exjefe de calidad de Cruces; y Fernández, la testaferro. Absuelto el exviceconsejero Cerdán.

No irán a la cárcel. Han sido absueltos de malversación de caudales públicos y negociación prohibida a funcionarios. No se han podido probar ni la intención de defraudar ni que haya habido perjuicio para la Administración. Los servicios concertados fueron prestados y facturados.

Sin embargo, sí ha quedado probado que Elorriaga quiso que esos servicios, las conciertos para gestionar listas de espera, fueran adjudicados a Margüello, a una empresa ideada, creada y gestionada por él, aunque a nombre de otra persona. Que Elorriaga sabía que detrás de la adjudicataria estaba Margüello. Por eso, la contratación la hizo al margen del control de la Administración.

Ahora las partes puede recurrir al Supremo. Apuesten a que el Gobierno no lo hará. Se escudará, como hasta ahora, en que no hubo quebranto para las arcas públicas. La sentencia lo confirma. Permitirá banalizar lo ocurrido y, sin ser experta, parece que hasta muestra el camino libre de cárcel a futuros corruptibles.