Guadalajara celebra los 40 años de sus encierros de Ferias

Guadalajara

Las Ferias de Guadalajara celebran este año un importante aniversario. Se cumplen 40 años de los encierros taurinos, unos festejos que han atravesado épocas muy diferentes y que se han consolidado como una de las señas de identidad de la Semana Grande en la capital alcarreña.

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"Se cumplen 40 años de los encierros modernos, pero la tradición en Guadalajara es una de las más antiguas de España y se remonta al siglo XVII", explica Eduardo Díaz en el espacio Historietas de Guadalajara. "En aquel momento se enmarcaban en los festejos del Corpus y el recorrido iba de la plaza del Mercado (actualmente Santo Domingo) hasta la Plaza Mayor, donde se instalaba una plaza portátil".

Siglos después, en 1979, el alcalde Javier Irízar decidió volver a celebrar encierros, algo que no fue ni mucho menos sencillo. "Hubo muchos obstáculos porque Irízar y Ricardo Calvo (teniente de alcalde) lo incluyeron en el programa sin tener en cuenta que en aquel momento necesitaban autorización del Gobernador Civil, y las relaciones no eran buenas precisamente. El gobernador dijo que no se celebraban y hubo momentos de mucha tensión. Se armó una muy fuerte y tuvo que intervenir incluso Adolfo Suárez, que era el presidente del Gobierno y que accedió a los encierros dejando toda la responsabilidad en manos del alcalde".

Finalmente, hubo encierros en los que se soltaron vaquillas y en los que se registraron los primeros heridos, como recuerda Díaz. "Ángel Recuero, un vecino de la ciudad, sufrió una cornada importante y estuvo bastante grave".

Uno de los momentos más recordados llega en 1984 con un peligroso tapón que dejó momentos de muchísimo miedo. En ese momento ya había novillos y se cobraban 200 pesetas por entrar a la plaza, así que mucha gente entraba corriendo para luego subir a las gradas. Había tanta gente que se hizo un tapón tremendo y cuando los toros iban por Capitán Arenas ya no hubo remedio. Los toros saltaban por encima de la gente y aunque hubo muchos heridos no tuvimos que lamentar ningún muerto, lo que fue un auténtico milagro".

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En 1989 el concejal de Festejos Fernando Planelles quiso dar un impulso a los encierros y decidió hacerlos nocturnos. "El primer día Guadalajara estaba repleta y, curiosamente, fue el más largo de la historia. Duró una hora y 35 minutos porque cayó una tormenta impresionante y la plaza estaba completamente embarrada, así que los toros no entraban a los toriles. Además, no había focos y fue una odisea meter a los toros".

Dos años más tarde, en 1991, volvía a registrarse un tapón a las puertas de la plaza. "La verbena paró para que todo el mundo fuera al encierro y había muchísima gente. Se repitió la historia y la histeria. 3 toros pasaron por encima, 3 se dieron la vuelta, no se encontraban las llaves de los toriles. Hubo 43 heridos y algunos de ellos muy graves y estuvieron a punto de morir".

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Tras aquel incidente Blanca Calvo suspendió los encierros, que se retomaron ya al año siguiente con un dispositivo de seguridad mucho más reforzado. Las carreras volvieron a celebrarse por las mañanas y empezaron a adoptar, con algunas diferencias, el formato que tienen actualmente.

En 2003 se corrieron por primera vez los toros de la corrida de la tarde, una circunstancia reclamada por muchos corredores y que fue algo intermitente hasta hace 5 años, cuando se convirtió en una norma para las Ferias de la ciudad.

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Y desde 2005 los encierros empiezan con el canto a la virgen, impulsado precisamente por el propio Díaz:

¡Señora de la Antigua, haz de tu manto un capote y lánzaselo a los mozos, que en el encierro corren!

¡Señora de la Antigua, patrona de Guadalajara, protege a los pastores, que siempre van con la vara!

¡Viva Guadalajara!

¡Viva la Virgen de la Antigua!.