Sobre la comparecencia de Clavijo

Santa Cruz de Tenerife
La diputada podemita Noemí Santana, se refirió ayer a Clavijo en el Parlamento calificándole de “presunto delincuente”. La diputada Santana considera que la presunta investigación al presunto por prevaricación y malversación, inhabilitan a Clavijo para seguir gobernando. Doña Noemí desplegó su alma de fiscal para hacer un relato apasionado y contrito de las vicisitudes de Clavijo en el ‘caso Grúas’. Fue la única que se puso de verdad borde en el Parlamento, porque entre las barbas en remojo de Clavijo y la presunción de culpabilidad de Santana, el resto de los portavoces se movieron en terrenos intermedios. Se esperaba cierta dureza de Román Rodríguez, cuyo socio Santiago Pérez es el inspirador de la denuncia contra Clavijo, pero estuvo de lo más relajado, recordando por un lado la presunción de inocencia y por otro la inutilidad de la comparecencia de Clavijo previa a su posible imputación. La misma tesis sostuvo María Australia Navarro: insistió en que la comparecencia a petición propia para explicar el asunto de las gruas no procede. Para la portavoz popular, sólo sirvió para darle argumentos a Podemos. Y algo de eso hay: Clavijo le dio voz a Podemos y se la quitó a los demás. Si le imputan, ya habrá dado explicaciones en el Parlamento, y no tendrá que pasar por el calvario de darlas como imputado.
También entró al trapo Gustavo Matos, que se centró en analizar las posibilidades de una censura contra Clavijo: el PSOE no puede hacerla solo, dijo. Es cierto. Y con el PP tampoco, se calló. No quería Matos centrarse en el caso en sí, quizá para evitar que alguien le recordara que él mismo también estuvo en el origen de este asunto. Fue uno de los 27 concejales de La Laguna –de 27- que voto a favor cuando se planteó a externalización del servicio de grúas. Alguien (eufemismo) ha encontrado el acta de aquella sesión plenaria, con los 27 concejales votando a favor. “Igual pasó en Las Teresitas”, se dijo ayer en el Parlamento. Sí, es verdad. Pero en Las Teresitas Santiago Pérez sólo fue el denunciante. En esta concreta parte de la historieta de las grúas también fue uno de los que votó a favor.




