El Gobierno canario planta cara a todos los plásticos de un único uso

Santa Cruz de Tenerife

En Canarias se recogen 1.320.573 toneladas de residuos anuales, de los que un 17%, en torno a 225.000 toneladas, son residuos plásticos. Son datos de 2016 proporcionados por la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias, los últimos que se conocen. Se refieren a los residuos urbanos que acaban en complejos medioambientales y no se incluyen los industriales.

Ante semejantes cifras y para frenar el consumo de plásticos, en especial los de usar y tirar (que son los más contaminantes), la Viceconsejería de Medio Ambiente (Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad) publicó en agosto pasado una directriz de aplicación a partir de la segunda quincena de septiembre con la que se pretende concienciar de la necesidad de un cambio radical tanto en la ciudadanía como en la industria para proteger el medio ambiente terrestre y marino.

La directriz tiene su base en la estrategia europea para residuos plásticos que se aprobó en Estrasburgo en enero de 2018. Dentro de esa estrategia, la Comisión Europea ha trasladado al Parlamento de la UE unas propuestas enfocadas en el plástico de un solo uso que se aprobaron en mayo y que se espera que adquieran rango de ley antes de las elecciones al Europarlamento en mayo de 2019 para que su aplicación sea total en la Unión en 2020.

Y esos son también los plazos que se ha marcado el Gobierno de Canarias, tal como explicó a Radio Club Tenerife la consejera de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, Nieves Lady Barreto, quien considera que estamos ante todo un desafío. Aunque hay otras comunidades autónomas como Andalucía o Baleares que ya han legislado sobre medidas frente al cambio climático, Canarias es la primera en abordar la contaminación por plásticos “de un solo día”.

“Empezamos a trabajar en este asunto en febrero de este año y lo que hemos hecho es adelantar vía directriz recomendaciones que algunas adquirirán finalmente carácter normativo. Es parte de una estrategia cuyo borrador definitivo lo tendremos a finales de este año. Para no esperar lo que hemos hecho es adelantar la directriz para que tanto los ciudadanos como la industria y las grandes superficies vayan tomando conciencia”, afirma Barreto.

La directriz se enfoca en las vajillas plásticas, es decir, esos vasos, platos, tenedores, cuchillos que son habituales en fiestas de cumpleaños, en eventos de todo tipo, en fiestas populares o en comidas campestres, que apenas se utilizan unos minutos y muchas veces no acaban en los contenedores adecuados. Pero también es un compendio de recomendaciones urgentes sobre reducción, reutilización y reciclaje de otros plásticos, como optar por el vidrio antes que por envases plásticos; no usar maquinillas de afeitar de usar y tirar; comprar a granel; huir de los sobreenvasados o utilizar papel encerado lavable en vez del film transparente o el papel de aluminio.

Obligado cumplimiento en edificios públicos

La directriz sí es de obligado cumplimiento en los edificios de organismos públicos, incluidos centros escolares, en los que se limitarán lo máximo posible el uso de plásticos en beneficio de sustitutos como el cartón. Pero no es fácil, como reconoce la misma consejera. Los principales afectados son los distribuidores y la industria del plástico que deberán readaptarse a las nuevos requisitos fijados por la UE.

Un ejemplo son las máquinas expendedoras de bebidas calientes, muchas de las cuales siguen en edificios públicos (como algunas sedes judiciales) pero para las que cambiar el vaso plástico por uno de cartón reforzado multiplicaría por cuatro el coste del producto.

“Se trata de caminar de la mano con las empresas que tendrán que importar esos nuevos productos (de cartón u otros reciclables) y que las empresas que producen plásticos de un solo uso tengan una posibilidad de transformarse con esos nuevos productos, lo que precisará de ayudas porque esto lo prima la Unión Europea, incluso con incentivos”, afirma Barreto, quien aclara que técnicos de su Consejería ya se han reunido con los de Industria para llevar a cabo esa transformación “que deberá llevar aparejada una línea de financiación que permita que se dé lo antes posible”, matiza.

Muchas de esas máquinas de bebidas calientes se encuentran igualmente en centros sanitarios, pero esta es una cuestión aparte porque, aunque el ámbito sanitario es uno de los mayores generadores de plásticos de uso único, no todos pueden ser sustituidos y algunos son especialmente sensibles y no asimilables a los residuos urbanos. Para adaptar la estrategia canaria y luego la europea a este ámbito se creará una comisión mixta con la finalidad de que se empiecen a aplicar medidas en octubre en un proyecto piloto en un centro hospitalario.

Insuficiente

Grupos ecologistas aplauden la iniciativa del Gobierno canario pero la encuentran insuficiente y poco ambiciosa.

Para Luis Sánchez, de Ben Magec, “la directriz es un paso positivo porque el contenido teórico de la misma es un código de buenas prácticas para reducir el plástico de un solo uso y fomentar el reciclaje y la reutilización, pero a su vez hay que decir que consideramos que es bastante insuficiente y muy poco ambiciosa dado que solo se centra en un código de buenas prácticas sin partida presupuestaria que solo se va a publicitar en la página web del Gobierno y en sus redes sociales”.

Sánchez echa en falta medidas “más contundentes” para cambiar el modelo de generación de plásticos y residuos plásticos que terminan en el medio ambiente y son un daño demostrado para la salud. “Hay que tomar de cara al futuro medidas más contundentes y usar los mecanismos que tiene el Gobierno de Canarias para cambiar este modelo de usar y tirar, como campañas informativas con presupuesto para concienciar a la población y, por qué no, usar el rango de ley para prohibir determinados plásticos en los mercados”, recalca. “Hay que tomar de cara al futuro medidas más contundentes y usar los mecanismos que tiene el Gobierno de Canarias para cambiar este modelo de consumo actual”.

Luis Sánchez resalta la importancia de educar en términos de ecología. “Las campañas de sensibilización deben ser constantes y dirigidas a toda la ciudadanía pero sobre todo hay que incidir en los centros escolares”.

Ante todo, proteger los océanos

Las propuestas que la Comisión Europea ha dirigido al Parlamento Europeo tienen como objetivo reducir la basura marina. Se enfoca en los diez productos plásticos de un solo uso que se encuentran con más frecuencia en las playas y mares de Europa, así como en los artes de pesca perdidos y abandonados.

Esos productos son los envoltorios de alimentos (como las bolsas de papas fritas), los bastoncillos, los platos, vasos, cubiertos, cañitas, los recipientes alimentarios, las bolsas ligeras, las toallitas húmedas y los productos del tabaco con filtros (como las colillas) que contienen elementos que no se degradaran y son muy contaminantes, incluso visualmente.

Estos elementos representan nada menos que el 70 por ciento de todos los residuos marinos.

Según Frans Timmermans, responsable de Desarrollo Sostenible de la Comisión Europea, “vamos a prohibir algunos de esos artículos y los sustituiremos por alternativas más limpias, de manera que los consumidores puedan seguir usando sus productos favoritos”. Ello conlleva por fuerza una transformación radical de la industria que deberá hacer posible el reto que ya se ha lanzado a los consumidores.