La firma de Chema Caso

Asturias
Ahora que en Avilés se ponen estupendos como Max por segundo año consecutivo y traen de nuevo dos de Mayorga, ya saben y si no lo saben apúntenlo Juan Mayorga, dramaturgo y académico de la RAE, no estaba de más o menos pedirle aprovechando su presencia en el Niemeyer y el Palacio Valdés que nos escribiera una de esas más o menos comedias suyas. Al estilo de las que traen: Intensamente azules y El mago. En la primera, César Sarachu no tiene otro remedio que utilizar unas gafas azules de nadar y al fin empezamos a verlo todo mucho más claro. Y en la segunda, Clara Sanchis o su presencia llega a casa después o durante una función de magia, teatro mediante. No se me apuren ni enzaínen que no les adelanto nada porque ¡hay para ver, hay para oír!
No como aquí que si vemos y oímos no sabemos si es tragedia o comedia lo que hay que aguantar todos los días, si la historia se fue definitivamente por el albañal con las aguas negras de la hulla, los humos grises de las térmicas y los aires contaminados de las metalúrgicas. Qué importa el pertrecho de las tecnológicas si seguimos persiguiendo un sueño, un imposible delirados en la cumbre de la incompetencia, es decir, lo contrario que la competencia lingüística de aquel tiempo de gramáticos y críticos literarios. Como a nuestro Maxi Rodríguez, ni caso, quizá si nos lo cuenta más o menos su amigo Juan Mayorga…




