La Liga de la injusticia
Un gol que en Primera División hubiera sido anulado por el VAR deja al Sporting sin una victoria que pudo dejar sentenciada en la primera parte
Gijón
Hay detalles que demuestran lo que importa en el fútbol español la Segunda División. No tiene sentido que un avance como el VAR, que permite que el fútbol sea más justo, no se aplique en Segunda. De aplicarse, el Sporting le habría ganado al Numancia. O, al menos, los sorianos habrían necesitado otro gol para llevarse algo de El Molinón, porque el que lograron tendría que haber sido anulado por fuera de juego de Villalba. No fueron Trujillo Suárez ni su perjudicial arbitraje los únicos responsables de que el Sporting no ganara: también la falta de puntería de los rojiblancos y el bajón en la segunda parte, en la que esta vez los cambios no mejoraron al equipo; más bien al contrario.
Mostró dos caras el conjunto gijonés. En la primera parte fue muy superior a su rival, protagonizó una auténtica exhibición ofensivay le faltaron puntería y suerte. Solo tuvo fortuna cuando acertó a marcar Babin, rematando de cabeza en el primer palo un corner brillantemente botado por Carmona, tanto que muchos pensaron que el balón había entrado directamente.
El partido era un asedio. Robin Lod y Sousa demostraban su calidad entre líneas y una gran capacidad para asociarse. La presión arriba funcionaba. El Sporting no sufría y llegaba una vez tras otra. Varias de ellas las protagonizó Djurdjevic, que hay que reconocer que no tiene fortuna. Trabajó, presionó, estuvo atento a los fallos del Numancia en defensa, obligó a salir con muchos apuros a Juan Carlos al borde del área para arrebatarle (no sin apuros) un baló peligroso, provocó una posible cesión de la defensa a su portero y recibió un balón de un generosísimo Lod, que en lugar de disparar tras una gran combinación con Sousa, preferió ceder para el serbio. Pero no había manera; el gol se le resiste al serbio.
Faltaba rematar la faena, pero el Sporting ponía casi todo lo demás. El Numancia solo tuvo un par de momentos en el partido: un par de llegadas a los veinte minutos y el momento del gol y la polémica. Este último fue a dos minutos del descanso: en el tercer corner consecutivo, un futbolista del Numancia lo desvió hacia el segundo palo, donde en posición ligeramente adelantada, muy cerca de la línea de fondo, el balón llegó a Villalba, que perforó la portería rojiblanca. Por la mente de Trujillo Suárez pasaría la duda, razonable, y la rabia de que en Segunda División no haya VAR. Podía decidir dar gol o anularlo. Para cabreo de público y jugadores rojiblancos, decidió conceder el tanto.
No fue el único fallo de un colegiado que perdió los papeles a medida que iba cometiendo errores. Se comió un penalti en cada área (uno a Yeboah, otro a Djurdjevic) y mostró doce amarillas. Un recital.
Quizás el gol en contra afectó al Sporting, que no fue el mismo en la segunda parte. El Numancia creció, hizo un buen trabajo defensivo y el Sporting, con un Molinón nervioso y desesperado con el arbitraje, le puso mucha voluntad pero poco fútbol. La ausencia de Sousa, sustituido por Pelayo Morilla, le vino mal al Sporting. El portugués sostenía al equipo en el medio y era el encargado de hilvanar el juego de ataque, en colaboración con Robin Lod. Sin él, el Sporting no fue lo mismo.
La trayectoria inmaculada del equipo en El Molinón se rompió este domingo, entre silbidos al árbitro. Hay formas y formas de no ganar. Sin hacer un partido brillante (sobre todo en la segunda mitad), no tuvo nada que ver la imagen del Sporting ante el Numancia con la que mostró ante el Dépor siete días atrás, en un partido que perfectamente pudo empatar. Al menos este domingo tuvo ocasiones y fases de dominio. Aunque el Numancia no es el Dépor.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...