A sus 88 años Francisco León sigue pisando La Geria descalzo

Lanzarote

Francisco de León es importante, aunque su humildad le impida reconocerlo. Pertenece a la memoria viva de Lanzarote y es un sabio, porque conoce todos los secretos sobre el difícil cultivo de la impracticable tierra de Lanzarote. Una tierra labrada por campesinos que conocen la forma de luchar contra el viento. Ahoyando la tierra, utilizando técnicas de secano y construyendo los bardos de piedra que protegen la vid. Técnicas que han configurado una de las imágenes más reconocibles y singulares de Lanzarote y de Canarias, la estampa de la Geria.

Nació en los años 30 en San Bartolomé y tan solo pudo ir quince días a la escuela, pero su verdadera escuela fue el campo. Por aquella época ganaban siete pesetas ahoyando de sol a sol. “Nos poníamos derechos, y según el lado de la sombra, sabíamos la hora que era”, cuenta Francisco, “porque no había ni relojes”.

Las pocas lluvias que caían en la isla de los volcanes para saciar la sed del rofe se almacenaban tradicionalmente en aljibes y maretas, pero eso tampoco garantizaba el agua. “Pasamos mucha sed”, recuerda Francisco, “Iba con mi padre en un burrito desde San Bartolomé a la Caleta de Famara para comprar dos barrilitos de agua salobre”, recuerda. Una época en la que ducharse diariamente era un lujo inasequible, “incluso para los ricos”, aclara Francisco.

Salió al campo por primera vez a los seis años y lo hizo descalzo. Desde entonces y hasta hoy, a sus 88 años, sigue labrando la Geria descalzo. “Alguna vez se me han olvidado los zapatos en el hoyo”, cuenta Francisco, que no concibe otra forma de trabajar la tierra. Hace 70 años que hizo su primer hoyo en La Geria y desde entonces mantiene un diálogo singular con la naturaleza. Su historia es la historia de Lanzarote, que se transformó totalmente con la llegada del volcán del turismo.

Con Ascensión Robyna, miembro de Plataforma Libre Agraria de Canarias (PALCA) en Lanzarote, llegó a contactar el director audiovisual francés Pascal Vasselin y su equipo para el canal europeo Arte France, interesados por mostrar en su país a Francisco de León labrando la Geria descalzo. “Siento emoción verdadera y un enorme agradecimiento por aquellos hombres que como Francisco practicaron la cultura del esfuerzo para dejarnos el mejor y más extraordinario de los patrimonios: La Geria”, explica Ascensión Robayna.

A sus cerca de noventa años Francisco de León mira con tristeza la Geria y en una libretita que lleva consigo anota algunos de sus recuerdos y deseos, “deseo que los jóvenes vuelvan a trabajar la Geria y vean lo bonito que es”, dice con nostalgia. “El Cabildo debe dar un curso a los jóvenes”, pide Francisco, aunque lamenta que “aunque el Cabildo haga el curso, los jóvenes no van”. Y es que la renovación generacional sigue siendo un reto importante del sector primario, aunque en el caso de Lanzarote, el sector del queso lo ha conseguido. Casi veinte queserías con mucho éxito funcionan en Lanzarote, algunas exportan sus productos y están mayoritariamente dirigidas por gente joven.