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OSASUNA 1 - SPORTING 0

El Sporting se ofusca y no avanza

Una pésima segunda parte y un paupérrimo bagaje ofensivo condenan al Sporting en El Sadar y vuelven a dejar patentes las dudas sobre el equipo

LaLiga.es

Gijón

Llegará un día en que el Sporting se descolgará el cartel de 'en construcción'. Llegará un día en el que todo dejará de justificarse aludiendo al proceso de adaptación, fruto de la lenta y rocambolesca planificación de la plantilla. Llegará el día en el que el Sporting hará un partido completo, jugará medianamente bien al fútbol, será competitivo durante todo el encuentro y ganará, incluso fuera de casa. Llegará el día en el que la filosofía de que el fin justifica los medios deberán admitirla hasta los escépticos. Pero hoy no era ese día.

El Sporting sigue siendo un equipo impotente fuera de casa. En Pamplona perdió con justicia. La primera parte fue aparente, de ida y vuelta, pero equilibrada. En la segunda, Osasuna le arrolló, le pasó por encima, le dejó con las vergüenzas al aire. Es un equipo ofuscado, sin ideas, sin un plan para atacar. Lo basa todo en la solidez defensiva, que es un primer pilar para el edificio, pero si no los coronas con una techumbre, cada vez que llueve, te mojas. Si encima, como en Pamplona, el equipo se vuelve loco en defensa (superado en las bandas, con errores de bulto en el centro de la zaga, complicándose la vida solo y cometiendo faltas absurdas y evitables), la endeble estructura se viene abajo.

Tuvo que ser Rubén García, aquel por el que el Sporting no quiso esperar más en verano, el que le pusiera la puntilla en Pamplona. Una falta de Nacho Méndez en una zona de riesgo le sirvió en bandeja la ocasión al valenciano. El perfil ideal para él. El toque justo para superar la barrera y ajustar el disparo junto al palo, sin que Mariño pueda hacer más que rozarla.

Rubén García celebra el gol al Sporting.

Rubén García celebra el gol al Sporting. / LaLiga.es

Fue la acción determinante, pero las cosas no pasan por casualidad. El Sporting llevaba minutos y minutos a la deriva, jugando con fuego. En realidad, toda la segunda parte. Osasuna iba inclinando el campo cada vez más hacia la portería gijonesa. Marcó y el Sporting no mostró ni un arranque de furia. Quedaban veinte minutos, pero no hubo ni un amago de reacción. Si el equipo no es capaz de generar fútbol ofensivo cuando está sereno, imagínense cuado se tensa el asunto.

Un equipo plano

A las seis jornadas no se pueden montar dramas, pero tampoco negar la evidencia. La trayectoria del Sporting es preocupante. Ya no es que no juegue a nada, es que Baraja admitió durante el partido que sobre el campo a veces los futbolistas no saben a qué jugar. El equipo es plano, previsible. Es más raro ver un pase al espacio que encontrar un trébol de cuatro hojas. No hablemos ya de probar a los porteros contrarios, sobre todo fuera de casa. A Djurdjevic le está pesando la presión hasta límites insospechados. Cada balón que recibe y logra bajar de espaldas (y siempre lejos de portería), lo pierde. A Aridane, el defensa encargado de su marcaje en El Sadar, le valió con estar siempre pendiente de él, a su espalda. La amarilla que vio el serbio por reclamar un simple saque de banda y encararse con el asistente demuestra que está con los nervios demasiado a flor de piel. Y en los minutos que disputó, el debutante Blackman tampoco aportó demasiado.

No son los únicos. A Robin Lood y Sousa hay que exigirles mucho más de lo que dieron en El Sadar. La primera parte, a pleno sol, parecieron derretirse con el paso de los minutos. Se esperaba una reacción en la segunda que no llegó. Álvaro Jiménez estuvo algo más acertado que en ocasiones anteriores, pero hay que pedirle más continuidad. Y Álex Pérez y Nacho Méndez deben evitar los errores de bulto que cometieron.

El equipo está ofuscado y Rubén Baraja, no encuentra soluciones. Trata de rescatar los momentos más o menos lucidos del equipo para que no solo sea noticia lo malo. No vale seguir aferrándose a lo del período de construcción, aunque sea verdad. Que Miguel Torrecilla no hiciera su trabajo en tiempo y forma no puede ser el argumento para que el equipo siga ensayando a estas alturas. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta Navidad?

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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