Los vecinos del centro reclaman más medidas para evitar altercados como el ocurrido en la plaza San Francisco
Cerca de 200 personas se congregaron en esta zona de bares, entre ellos participantes y asistentes
de la competición ciclista de BMX
Málaga
Los vecinos de la plaza de San Francisco, paralela a Carretería, vivieron una madrugada caótica el pasado domingo. La plaza a la que dan sus balcones se convirtió en el punto de encuentro de más de 200 personas, entre las que se encontraban participantes y asistentes del concurso ciclista de BMX.
Los residentes de esta zona del centro de Málaga aseguran que el altercado se produjo con la llegada de la Policía a la plaza, tras haber sido alertados de un ruido excesivo que impedía el descanso de los vecinos. Sin mediar palabra, los presentes comenzaron a arrojar botellas, macetas de hierro y otros objetos a los agentes, desencadenando un fuerte enfrentamiento que los testigos han llegado a calificar como una auténtica “guerra”.
Antonio Cabello es vecino de esta plaza desde hace apenas dos semanas. y fue testigo de todo lo ocurrido. “Sobre las dos de la mañana aproximadamente, se escuchan unos gritos bastante intensos. Ya fue cuando me asomé a la ventana y empecé a ver que había unos chicos, como skaters, con bicis… y ya empezaron a enfrentarse con la Policía”. Antonio asegura que llegó a contar más de 60 bicicletas apiladas en la fuente central de la plaza.
“El proceso es ir a la farmacia y comprar tapones”, lamenta Javier Ramírez, otro residente, cuando es preguntado por la reacción del vecindario ante estas situaciones. Javier ve inservible acudir a la Policía. “Yo no la voy a llamar, porque sé que van a venir, van a desalojarlos porque hacen su trabajo, pero luego en cuanto se vayan ellos vuelve otra vez a llenarse”.
Sorprendentemente, muchos vecinos aseguran que no oyeron nada ya que hace tiempo que invirtieron en poner ventanas aislantes e incluso duermen con tapones, debido al ruido constante que puebla sus noches, especialmente los fines de semana. Otro vecino de 70 años y jubilado, que prefiere no revelar su identidad, distingue dos tipos de ruido comunes: el de los graves de las discotecas (por lo que asegura que ya se han abierto varios expedientes sancionadores), y el del jaleo de la gente en la calle y que califica como “escandaloso”.