Indignación y Rabia

Palencia

Hace dos semanas nos desayunábamos con la noticia de que 13 niñas marroquíes, acogidas en Palencia, eran devueltas a Melilla. Gracias a los medios de comunicación, sabemos que la causa que justificaba tal hecho era administrativa. El Gobierno de la Ciudad Autónoma, que es quien tiene la tutela de estas niñas, llevaba tiempo sin abonar los gastos del programa de acogida en Palencia.

Cuando escuché la noticia, la indignación se apoderó de mí. ¿Cómo es posible que un problema administrativo cambie la vida de 13 menores? Después de tres años de tranquila y fructífera estancia en nuestras tierras ¿quién tenía la sangre fría de tomar una decisión así sin pensar en las consecuencias que tendría para estas niñas? ¿Por qué no se respetan los programas sociales? ¿La clase política sólo está para hacerse la foto?

Muchas más preguntas se me vienen a la cabeza, pero lo peor es que no encuentran respuesta. Siempre he pensado que cualquier acción de una Administración tiene que ir dirigida a la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, especialmente los de la infancia.

En este caso no ha sido así, ya que se ha obligado a 13 menores a realizar una nueva migración sin tener en cuenta su realidad personal y social. Cuando cruzaron la frontera, ya padecieron en sus carnes lo que supone alejarse de sus seres queridos y de sus raíces. Y ahora, nuestra sociedad avanzada, les provoca un segundo sufrimiento por un tema administrativo.

España fue y es un país de emigrantes. Sabemos muy bien lo que este trauma supone para las personas. Más en esta tierra palentina, ya que la emigración de los años sesenta supuso, además, el principio de una despoblación galopante e imparable.

Por eso no entiendo que las Administraciones con competencias en la materia, Ayuntamiento, Diputación, Junta de Castilla y León y Gobierno Central, no se hayan levantado, antes de llegar a producirse este drama, para protestar enérgicamente y buscar una solución inmediata. Me consta que cuando quieren, sí que pueden. Esto me provoca rabia, ya que, ¿para qué sirve la clase política de este país?

Menos mal que existen ONG’s como Prodein que, además de hacer una labor encomiable, poco conocida y, muchas veces, ingrata por la impotencia de no poder erradicar las injusticias, logran remover nuestras conciencias. Ojalá lo lograsen con quienes tienen las herramientas para evitar que estos hechos se produzcan y no tengamos que volver a ser noticia por una situación como ésta. Muchas gracias Prodein por existir.

Espero que las Administraciones se estén poniendo las pilas para que estas 13 niñas puedan volver, lo antes posible, a Palencia y continuar con su vida en nuestra ciudad.