Contraste de sensaciones
Esta última semana ha sido una montaña rusa de sensaciones, con la venta del Numancia como protagonista
Soria
Jornadas intensas estamos viviendo estos días. Muchos asuntos, muchas dudas, incertidumbres, motivos para temer, para aliviarse o para celebrar e incluso estar orgullosos, y otros para ponerse de bastante mala leche. Por partes.
Ayer se confirmó la noticia de que el Numancia está cerca de ser vendido. Dicho así suena feo, ¿verdad? Maticemos. El presidente y máximo accionista del Numancia, Francisco Rubio va a traspasar sus acciones, por lo que el club cambiará de manos. Así, mejor. Rubio lo deja, tras 25 años, y sólo se le pueden dar las gracias, por todo lo que ha hecho y lo que está haciendo, dejando todo atado y bien atado (aunque esta frase nos suene también rara). El club cambiará de dueños, sí, pero no dejará de ser el Numancia que conocemos, de gestión ejemplar y modelo a seguir, con la continuidad de Víctor Martín, Eduardo Rubio y César Palacios y aun con presencia del consejo actual, ya como asesor. Y se queda en Soria: es y seguirá siendo el Club Deportivo Numancia de Soria. Que lo sepan en España y en el extranjero. La declaración de intenciones de Rubio ayer ha dejado a la afición bastante tranquila tras una semana de dimes y diretes, dudas e incertidumbre.
Pero lo que crea incertidumbre es el equipo. Lamentable el partido del domingo, apático, sin chispa, ni frescura, ni ideas, ni intensidad… “Sin alma”, reconoció López Garai. Tal cual. ¿Por qué? A saber, porque prácticamente el mismo equipo que empató en el complicado El Molinón, pudo salir goleado ante un serio y bien plantado Almería al que le bastó competir para ganar 0-2. ¿Qué falló? Gran parte de la grada apunta al sistema de juego. No, el domingo no fue el problema. No nos meten goles porque saquemos el balón jugado desde atrás. Es por otras cosas. Y por cierto, aun con un mal partido del Numancia, el cancerbero del Almería, René, evitó tres goles rojillos con tres grandes paradas. Y también Juan Carlos sacó un par de manos salvadoras. Hubiera sido un 3-4, o 3-6 si el árbitro no hubiera anulado dos goles visitantes. En fin. Veremos este domingo en Pamplona, ante un Osasuna de Arrasate que tampoco ha empezado demasiado boyante.
Y dos apuntes más. Uno, para felicitar a la organización de la fiesta del Atletismo de este sábado. Normalmente nos quedamos con el número de participantes, el nivel de los mismos, los ganadores, el público que asiste y anima… Pero nos olvidamos fácilmente de lo que cuesta montar y desmontar toda la parafernalia de estas u otras tantas citas deportivas: el recorrido, vallas, carteles, la meta, el sonido, el pódium… Tantas cosas, que merece un enorme aplauso toda la gente que dedica horas de esfuerzo y trabajo para el disfrute de la mayoría.
Y por último un palito a la Junta de Castilla y León… Palazo, más bien. La Copa del Rey de Voleibol, celebrada este pasado curso en Soria, costó 47.000 euros. Pues bien, el gobierno regional ha aportado 1.600 euros. Repito, 1.600 euros. Ridículo, vergonzante. Parece un chiste. Y no es nuevo: 220.000 euros le da el Gobierno de Aragón cada temporada al CV Teruel y 9.000 euros la Junta al Río Duero Soria. Es la constante de esta provincia para todo. Migajas. Para la próxima igual hacemos un crowfunding, ponemos más dinero y encima salimos todos en la foto merecidamente. Que parece que es lo que importa: la puñetera foto.