10 días de Feria, ¿desde cuándo?

Albacete

Los diez días que dura en la actualidad no tienen tanta trayectoria como historia tiene la Feria, según el historiador albaceteño Aurelio Pretel. En sus inicios, durante la Edad Media, la feria ganadera y comercial duraba 30 días, "divididos entre mayo y septiembre", siempre desde el primer día de cada mes.

Ya en el siglo XV, estas ferias "se empiezan a confundir con el mercado franco semanal y las festividades religiosas" y pasan a ser predominantemente romerías, como la de San Agustín en agosto o San Andrés en noviembre. También la romería de San Juan de mayo fue derivando hacia la ermita de San Pedro de Matilla, donde más tarde se instalaron los Franciscanos y se estableció la ermita de Los Llanos.

Es con la llegada del siglo XVI cuando "vuelve de nuevo el carácter comercial" combinado con el religioso, algo que no ocurre únicamente en Albacete, sino también en el resto de la comarca. Este carácter religioso se incluye en las ferias principalmente "a partir del milagro de Los Llanos en 1632 y cuando el ayuntamiento de Albacete la acoge como patrona". Así, la procesión del 6 de mayo, en torno a San Juan se va haciendo más importante y se celebra también en honor a la Virgen de Los Llanos. Sin embargo, durante el siglo XVI, conviven las ferias de mayo y septiembre, hasta que la de San Juan de mayo va perdiendo importancia en favor de la de septiembre.

Ampliar

Las ferias de entonces aún no tenían gran carácter comercial, pero "eran de ayuda al convento de los franciscanos y al ayuntamiento". Cuando fue necesario traer la feria al casco urbano por el incremento del negocio, hubo pleitos con los frailes a lo largo de casi todo el siglo XVII.

Entre litigios, en 1683 desde la villa piden a Carlos II que conceda tres días de feria franca, los días 7, 8 y 9 de septiembre, en torno a la festividad de Los Llanos. Lo que viene a ser "una cobertura religiosa que ampara al hecho económico". Más tarde, en 1710 piden a Felipe V ocho días, de los que concede cuatro. Aunque "el Ayuntamiento toma por su cuenta cinco días más y decreta que haya una feria de nueve días a celebrar en Albacete". ¿El motivo? La traída de la Virgen de Los Llanos a la ciudad, y la necesidad de más días para honrar a la patrona.

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A ello se suma el interés de las ganancias por dicha actividad comercial. Es entonces cuando la Feria crece y está en torno a los diez días de celebración, sin embargo, con la Guerra de la Independencia, "la Feria sufre un colapso y en 1813 vuelve a durar cuatro días como antes", porque pierde importancia durante la batalla bélica.

En 1834, la Regente María Cristina concede ocho días de feria, que ese año se celebran en noviembre. Y en 1901, por primera vez el ayuntamiento decreta que la Feria dure veinte días. Además, en mayo se celebra otra de interés ganadero, que "viene a coincidir en el tiempo con las de la Edad Media". Estos veinte días se mantuvieron durante algunos años. Ya en plena Guerra Civil hubo intento de feria, aunque no se pudo llegar a celebrar.

"Después de la Guerra Civil se establece un periodo de feria del 7 al 17 con el carácter de 'Feria de Muestras Regional', con dichas fechas clave. Lo que fue una exhibición dirigida a mostrar productos regionales, "sin que en ella pudieran exhibirse más productos que los de la demarcación respectiva". Es este año de posguerra cuando se establece la fecha del 7 al 17, como cuenta Pretel.

Con el tiempo ha variado la fecha, siendo primero de cuatro días, y aumentando con el tiempo. Desde 1940 se pudieron mover los días por las condiciones económicas, los fines de semana, o las exigencias de la población, pero fueron mínimo diez días de duración.

Como aclara Aurelio Pretel, la Feria tiene un claro doble componente: "el religioso y el comercial", y por supuesto su carga lúdica. Aunque su origen es "comercial y civil, y no en honor a la Virgen". En cuanto al debate actual, afirma que "si la Feria funciona, tiene atractivo y capacidad de generar movimiento económico, la propia Feria va a exigir la ampliación de sus días". En definitiva, por si misma se adaptará a las necesidades de la población.