La guerra de Son Banya

"La línea roja" de Matías Vallés (28/09/18)
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PALMA
Balears es una región en paz, si descontamos Son Banya.
El conflicto de Son Banya obedece a las reglas de los enfrentamientos bélicos contemporáneos.
Es decir, largas temporadas de tensión al borde del estallido, y explosiones de violencia desatada.
Policías racionales preferían concentrar el narcotráfico en zonas determinadas de Palma, adonde acudir a encontrar a los responsables en caso de conflicto.
Es un razonamiento muy peligroso, y una sociedad o una ciudad están perdidas en cuanto sus habitantes no pueden circular libremente por barriadas determinadas.
El alcalde Antoni Noguera se ha implicado en la solución de la guerra de Son Banya como si fuera lo más importante de su mandato.
A nadie le extrañaría ver a Noguera en persona a los mandos de una grúa, o retirando las uralitas con sus propias manos.
El capítulo más difícil no es la destrucción necesaria de Son Banya como ciudad sin ley, sino su reingreso en el resto de la ciudad.
De una ciudad llamada Palma y que también funciona sin ley, porque Cort se niega a aplicarla.
La desaparición de Son Banya no debe ser su ensanchamiento para que dé nombre a toda la ciudad.




