El presidente del TSJC acusa a Alba de "fingir un infarto" para grabarle
Este cruce de acusaciones entre el presidente del TSJC y el magistrado de la Audiencia de Las Palmas (suspendido cautelarmente desde hace dos semanas) se produce en el contexto del juicio que va a sentar en el banquillo a Alba por delitos de prevaricación, cohecho, falsedad, negociaciones prohibidas a funcionarios y revelación de secretos y en el que se expone a 10 años de cárcel.

El presidente del TSJC, Antonio Doreste. CGPJ.

Las Palmas de Gran Canaria
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), Antonio Doreste, ha acusado ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) al magistrado Salvador Alba de haber "fingido un infarto" para intentar hablar con él y grabarle en búsqueda material que lo comprometiera.
El episodio lo relata el propio Doreste en su informe de respuesta a la denuncia que Alba le interpuso ante el CGPJ para quejarse de que, supuestamente, le estaba presionando para que tomara decisiones favorables al empresario Miguel Ángel Ramírez, presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, que está imputado en una causa penal por posible fraude a Hacienda y la Seguridad Social.
Este cruce de acusaciones entre el presidente del TSJC y el magistrado de la Audiencia de Las Palmas (suspendido cautelarmente desde hace dos semanas) se produce en el contexto del juicio que va a sentar en el banquillo a Alba por delitos de prevaricación, cohecho, falsedad, negociaciones prohibidas a funcionarios y revelación de secretos y en el que se expone a 10 años de cárcel.
En ese procedimiento, se acusa a Alba de haber manipulado una declaración de Ramírez mientras sustituyó a Victoria Rosell en el el Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas de Gran Canaria para perjudicar a esa magistrada, entonces diputada de Podemos.
En esa sustitución, Alba logró que Ramírez declarara que financiaba o había financiado negocios periodísticos de la pareja de la juez Rosell y emitió un informe en el que cuestionaba su diligencia como instructora, lo que sirvió para que el Supremo admitiera a trámite una querella del entonces ministro José Manuel Soria que supuso el final de la carrera como diputada de la juez.
Sin embargo, en cuanto Alba abandonó el juzgado, Ramírez entregó a la Justicia la grabación de una conversación que ambos habían mantenido en privado antes de su declaración, en la que el magistrado se insta a contar cosas desfavorables para Rosell a cambio de posibles beneficios en su causa por fraude fiscal.
El CGPJ ya examinó esos hechos sin encontrar nada reprochable a Rosell y ahora vuelve a ellos porque Alba acusó a presidente del TSJC de "presionarle" en favor de Ramírez, aportando como prueba una conversación entre Doreste y él mismo que grabó en un garaje, en el que el primero le aconseja que retire su denuncia contra el empresario por haberle grabado a él, a su vez, en su despacho.
En un acuerdo adelantado por Canarias Ahora y al que ha tenido acceso Efe, el instructor designado por el CGPJ para estudiar esa queja la archiva, al concluir que Doreste no presionó a Alba para que este tomara ninguna decisión concreta como juez, sino que le dio un consejo como compañero ante una iniciativa que Alba había tomado "como ciudadano" (denunciar a Ramírez por grabarlo).
Doreste alegó en su respuesta eso mismo y aportó algunos detalles, como que fue él quien accedió a nombrar a Alba como sustituto de Rosell en el juzgado que investigaba a Ramírez ante su "insistencia" en hacerse cargo de esa suplencia, lo que revela que es "falso" que tuviera intención alguna en proteger al empresario.
Y también subrayó que se limitó a dar un consejo a un compañero con el que tenía buena relación, porque consideraba que su denuncia contra Ramírez no tenía ningún visto de prosperar (como ocurrió).
Doreste confiesa que había tomado precauciones en sus relaciones con Alba, tras conocer (porque se publicó ampliamente) que había grabado a sus compañeros de sala en la Audiencia de Las Palmas en una conversación privada, lo que le costó un expediente del CGPJ.
Y en ese contexto, relata, el día en que perdió su último recurso contra la decisión que va a sentarlo en el banquillo, Alba se puso en contacto con él, a través de una llamada telefónica realizada por su esposa, letrada de la Administración de Justicia.
El presidente de TSJC denuncia que la mujer de Alba llamó a dos magistrados de la provincia para intentar que mediaran para que se pusiera al teléfono, para comunicarle que su marido había sufrido un infarto y había sido hospitalizado; situación ante la que accedió.
Según Antonio Doreste, todo fue una estratagema para intentar comprometerle: A su juicio, Alba "fingió un infarto" para "provocar una conversación" entre su mujer y él, conversación en la que puso "todas las cautelas" ante los antecedentes del juez y, sobre todo, al observar hacia qué temas dirigía la charla su esposa.
"Sostuve una larga conversación, que supongo grabada por ella, en la que percibí que el infarto no era tal, o que era un simple desajuste cardiaco, porque cuanto ella dirigía la conversación a aspectos jurídicos y procesales de su esposo, sin interés alguno por el supuesto infarto", añade el presidente del TSJC, que recalca que sus sospechas se confirmaron días después, cuando Canarias Ahora publicó una foto de Alba cenando en un restaurante de Telde (Gran Canaria) la misma jornada en la que supuestamente lo hospitalizaron.




