Cantabria da el último adiós a Celia Barquín, una persona "increíble"
Cientos de personas arropan a su familia en el funeral en La Virgen Grande de Torrelavega
Santander
Centenares de personas se han reunido en Torrelavega para dar el último adiós a la golfista cántabra Celia Barquín Arozamena, asesinada el pasado 17 de septiembre en Estados Unidos, en un emotivo funeral celebrado en la iglesia de la Virgen Grande y que ha terminado con la intervención de varias amigas de la joven deportista y de Carlos, su novio, que se ha referido a ella como "una persona increíble".
"No hay palabras para definir lo guapa y lo buena que era esta mujer", ha expresado, emocionado, el chico, ante los padres y el hermano de Celia, otros familiares, amigos y conocidos, además de profesionales y aficionados al golf y autoridades locales y regionales, encabezadas por el delegado del Gobierno en Cantabria, Pablo Zuloaga, y el alcalde de la capital del Besaya, José Manuel Cruz Viadero.
Todos ellos han arropado a la familia y allegados a la hora de despedir a la golfista, que fue asesinada cuando entrenaba en el campo de la localidad de Ames, en el estado de Iowa, donde cursaba el último año de Ingeniería Civil y entrenaba.
Sus amigas -de la familia y de cuando estudiaba en Madrid, y una compañera de la universidad de EEUU, que han tomado la palabra antes de que acabara el oficio religioso- han valorado de ella su simpatía, bondad, valentía o lucha. "Conseguía todo lo que se proponía", han resaltado, para asegurar que Celia ha dejado una "huella imborrable" en sus vidas.
También ha tenido palabras para la joven deportista el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, a través de una carta que ha leído el párroco que ha oficiado la misa, y en el que el prelado ha querido "compartir el dolor por la trágica muerte" de Celia Barquín "en plena juventud", por lo que ha traslado su "afecto y bendición" a los allegados a la joven.
Desde el altar, junto al féretro con los restos mortales de la golfista, rodeado de coronas y ramos de flores --amarillas la mayoría de ellas-- su novio ha expresado que "la vida de Celia solo puede ser celebrada con felicidad". Ha recordado cómo la conoció hace años y cuando se hicieron pareja hace siete meses, "los mejores de mi vida". Y ha agregado al respecto que estaban "preparados" para una vida juntos. "Sabíamos dónde nos íbamos a casar, el nombre de nuestros hijos, dónde íbamos a vivir", ha relatado emocionado.
Las amigas de la joven han destacado de Celia que era una persona "muy familiar", y que cuidaba sus amistades a pesar de su "apretada agenda" por los estudios y entrenamientos, en una prometedora carrera que la llevó a proclamarse este mismo año campeona amateur de Europa.
De hecho, sobre el ataúd con sus restos se han exhibido durante la misa dos fotos de la joven deportista, una de ellas de cuando logró este triunfo, además de los palos con los que jugó al golf. Al lado del féretro, su novio Carlos ha encendido una vela traída desde Iowa, que también se prendió en la vigilia celebrada en el campus tras el asesinato de Celia.
En las cartas que han leído en el templo, abarrotado de gente, las amigas de la joven han relatado numerosas anécdotas vividas juntas y distintos recuerdos, y han ensalzado cualidades de la deportista, de la que han dicho "eras nuestro amuleto". "Lucharemos como tú, con uñas y dientes", y "te echaremos de menos", han expresado entre lágrimas.
"Hoy todos estamos con el corazón roto y triste y los ojos llorosos", ha admitido por su parte el párroco, que ha recordado que acaban de cumplirse 22 años del bautismo de Celia Barquín en la misma iglesia donde se ha celebrado el funeral, y que se ha quedado pequeña para darle el último adiós. De hecho, han sido muchas las personas que han permanecido durante el funeral en el exterior, llenando igualmente la Plaza Roja de la ciudad.
Tanto amigos como familiares y gente del mundo del golf lucían en sus ropas un lazo amarillo, color que predominaba en ramos de flores y coronas enviadas por familiares, amigos y compañeros, así como también por el Ayuntamiento de Reocín -la familia de Barquín Arozamena vive en Puente San Miguel-, de las federaciones española cántabra y asturiana de golf --en esta última rezaba la frase: "El cielo es más azul y el sol más amarillo"--, el club de golf La Junquera de Pedreña, localidad natal de Seve Ballesteros, y una de la familia Ballesteros-Botín, entre otras muchas.