Letizia nos quiere, después de todo
La Reina ha descubierto incluso la famosa sonrisa balear, que a nada compromete

"La línea roja" de Matías Vallés (01/10/18)
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PALMA
Unos años atrás, si te cruzabas por Balears a una mujer que se parecía muchísimo a la reina Letizia, seguro que no era la reina Letizia.
Hoy, en cambio, si te cruzas por las calles de Balears a una mujer que no se parece en nada a la reina Letizia, seguro que es la reina Letizia.
No solo porque Letizia aprovecha para presentarse en Mallorca a la mínima oportunidad, sino porque su agenda mallorquina es más ajetreada que la de cualquier nativo.
Reconozcan que no sabíamos ni la ubicación del centro de formación profesional de Marratxí donde Letizia presidió la apertura de curso, interaccionando con todos los presentes.
La Reina ha descubierto incluso la famosa sonrisa balear, que a nada compromete.
Y ahora viene el dilema más abrasador de la vida política local.
Qué ha ocurrido para que una Reina que sentía una hostilidad casi fisiológica hacia Balears, se haya convertido en una visitante asidua.
Sus últimas vacaciones en Marivent fueron las más largas de su reinado. No solo derrochó tiempo, sino sobre todo naturalidad.
Letizia nos quiere, después de todo. No nos confiaremos, porque tiene un carácter voluble y a la mínima te monta una catedral de Palma.
Sin embargo, agradecemos el cambio y lo ciframos en que la Reina ha descubierto la Mallorca real, de la que no siempre formamos parte los mallorquines.




