A Saúl nadie le embarga el compromiso
Saúl García está viviendo un momento dulce en el Deportivo... o eso parece. Tras haber estado en la puerta de salida, el final del mercado fue también el cierre de sus opciones de cambiar de aires. Se quedó en el plantel como tercer lateral zurdo y, cosas del fútbol, en la sexta jornada se convirtió en el dueño del carril izquierdo. Las lesiones de Caballo y Dubarbier le abrieron las puertas del once y el cántabro ha cogido el tren en marcha para no bajarse de él.
Esa es la historia a la vista de todos. La de un futbolista llamado a ser invitado de piedra en el plantel y que, de un día para otro, se convierte casi en imprescindible. Pero la vertiente dulce del momento esconde la amarga: la situación que vive el defensa debido a sus problemas judiciales. Saúl está dando lo mejor de sí mientras vive un trance difícil en lo personal. Desde el pasado mes de junio le está siendo embargada una importante cantidad de su nómina para hacer frente a una sentencia judicial. El jugador fue condenado a pagar 1 millón de euros al Valladolid debido a la duplicidad de contratos en la que, según el juez, incurrió el futbolista al firmar con el Dépor. Los posteriores recursos ante el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria fueron desestimados y Saúl apareció como el principal condenado, dejando al Deportivo como responsable susbsidiario, es decir, obligado al pago siempre y cuando el jugador no lo hiciese. Con los correspondientes intereses la cantidad a pagar ha aumentado en 150.000 euros. El Valladolid solicitó la ejecución de la sentencia y Saúl ha visto como el embargo ha pesado sobre su nómina en los últimos cuatro meses. El futbolista denunció el pasado mes de mayo al propio Deportivo, al Racing de Santander y a su exagente Eugenio Botas. El lateral se siente engañado, al haber recibido el visto bueno por todas las parte para firmar su contrato con el Deportivo pese a tener un acuerdo previo con los pucelanos.
La carrera de obstáculos de Saúl ha sido completa. Primero viendo como Dubarbier y Caballo le adelantaban en las preferencias del técnico. Luego con su frustrada salida y por último con la oportunidad para jugar en un momento delicado en lo personal. Pese a todas esas trabas, Saúl ha saltado al campo y ha dado lo mejor de sí. El futbolista irrumpió en el once en un momento complicado también en lo colectivo, con la necesidad de obtener buenos resultados para afianzar el nuevo proyecto. Cada error podía ser observado con lupa, pero no ha habido desaciertos en sus actuaciones. El carrilero se ha adaptado al puesto y al sistema sin desentonar y en los dos partidos disputados ha sido de lo más destacado del equipo. Sin ir más lejos, en Tarragona repartió dos asistencias que finalizaron en sendos goles de Quique González y Christian Santos. Su buen hacer provoca ahora el debate en una afición que hasta hace tres semanas estaba convencida de que Diego Caballo era inamovible de ese once. El tiempo y el fútbol dictará la sentencia, pero Saúl ha demostrado ya que en este Deportivo, el compromiso no se negocia y los obstáculos se derriban.