Empate y gracias

Zaragoza

El Real Zaragoza continúa metido en un laberinto en el que no encuentra la salida. Lejos de eso genera dudas y más dudas. Empató ante Osasuna, pero pudo perder y marcharse de vacío. El plan no funciona, los rivales le superan, síntomas que deben hacer reflexionar a Imanol Idiakez. Ya son cuatro jornadas sin ganar con un bagaje de dos puntos de doce.

El partido arrancó con un grave y doble error arbitral al no señalar un claro fuera de juego y pitar un penalti inexistente de Verdasca. Apareció la figura de Cristian Álvarez para pararle a Brandon la pena máxima. Osasuna se encerró, dificultó el juego de un Zaragoza perdido, con Eguaras e medio gas y sin salida de balón. Aún así, el equipo aragonés fue efectivo y aprovechó una estrategia en un corner para que Verdasca, con un buen cabezazo, adelantara a los blanquillos.

Tras el descanso, Osasuna dio un paso adelante con la entrada de Fran Mérida, generó superioridad en el centro del campo. Esto le sirvió para desarbolar al Real Zaragoza y hacerse dueño y señor del partido. Sin embargo, el gol del empate llegó por un error local en una pérdida en medio campo de Álvaro Vázquez, que dejó solo a Torres para dársela en bandeja a Brandon.

Tuvo mucha suerte el equipo de Idiakez. En el minuto 85, Rubén envió un balón al palo, y en el 90, Lasure saco una pelota bajo palos. El entrenador reaccionó tarde para igualar las fuerzas en el medio campo con la entrada de Igbekeme y colocar un 4-4-2.

Al Real Zaragoza se le ha apagado la luz con un sistema (4-3-3) que le ha llevado al naufragio, despoblando el medio campo y obligando a sus centrales a sacar el balón jugado. Si de algo carecen precisamente la mayoría de sus jugadores en esa posición es de eso, aunque el único que tiene más condiciones para hacerlo, Alex Muñoz, lleva dos semanas en la grada por decisión del entrenador.