Sobran los insultos
Los cargos públicos, los políticos, pueden ser criticados, pero nunca hay que llegar al insulto, a la descalificación. Por desgracia, eso es lo que sale del público, gobierne quien gobierne, cada año en la procesión cívica

El Punto de Vista de Julián Giménez (09/10/2018)
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Valencia
Todo en la procesión cívica está lleno de simbolismo: la Senyera que jamás se inclina, el piquete militar que preside su bajada, las salvas que se disparan, la marcha de la ciudad que la acompaña, los concejales sujetando las borlas, la ofrenda floral Jaume I, el himno de Valencia... Todo en la procesión cívica tiene su significado, todo debe ser preservado, y con todo me quedo.
¿Con qué no me quedo? Pues con la tensión, con la tensión innecesaria para el día de todos los valencianos. Los cargos públicos, los políticos, pueden ser criticados, claro que sí, y hay canales para ello, pero nunca hay que llegar al insulto, a la descalificación.
Por desgracia, eso es lo que sale del público, gobierne quien gobierne, cada año en la procesión cívica. No es plato de buen gusto para aquellos que procesionan porque están ejerciendo el digno papel de representar a la ciudadanía.

Julián Giménez
Licenciado en Ciencias de la Información por el CEU San Pablo de Valencia y Máster en Comunicación y...




