Paco Ureña pierde definitivamente la visión de su ojo izquierdo
El torero lorquino sufrió una gravísima cornada en el ojo en el transcurso del festejo celebrado el pasado 14 de septiembre en Albacete
Murcia
El torero lorquino Paco Ureña no recuperará la visión de su ojo izquierdo, una vez que los doctores que le intervinieron ayer en el instituto oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo lo hayan confirmado, según informa la oficina de prensa del espada murciano en un comunicado.
En la operación se pudo comprobar que el torero lorquino, de 35 años, salvará el ojo pero perderá la visión total del mismo debido a "la rotura ocular del globo", que, según los propios galenos, "es uno de los accidentes más graves que pueden ocurrir", tal y como recoge también el parte médico al que ha tenido acceso Efe.
Debido al destrozo del globo ocular, tanto en la parte delantera como en la parte de atrás, en la exploración se ha podido observar la pérdida de líquido intraocular, "con ausencia de iris, cristalino, de la mayor parte de la retina y con el nervio óptico destruido", añade el parte.
Debido a esto último, a la destrucción del nervio óptico y de la retina, la funcionalidad del ojo es "totalmente inviable".
No obstante, durante la intervención realizada ayer se consiguió la conservación del ojo y su apariencia estética. El equipo médico reconstruyó "el segmento anterior colocando un iris artificial y el segmento posterior inyectando silicona intraocular", concluye el parte médico.
En las próximas semanas se irá viendo la evolución y los plazos de recuperación de Ureña, que, según el mismo comunicado, se ha mostrado "tranquilo y con la esperanza de poder volver pronto a los ruedos".
Ureña sufrió una gravísima cornada en el ojo en el transcurso del festejo celebrado el pasado 14 de septiembre en Albacete, cuando un toro de la ganadería de Alcurrucén le alcanzó de lleno mientras lo recibía de capote.
Así y todo, y tras una primera exploración en el callejón de la plaza, Ureña se mantuvo en el ruedo, con el ojo amoratado y muy inflamado, hasta dar cuenta del astado, momento en el que pasó por su propio pie a la enfermería, de donde fue trasladado de urgencia al hospital de Albacete, donde fue intervenido de madrugada
Tras varios días de ingreso se optó por darle de alta hasta que ayer volvió a pasar por el quirófano en la misma clínica donde hace siete años fue atendido Juan José Padilla, cuando sufrió una terrible cornada que le costó la pérdida del ojo izquierdo en Zaragoza.