"Estamos entre la rabia y la tristeza pero tenemos que seguir luchando por la justicia y la libertad"

Pamplona

La noche de ferias de otoño de 2016 será difícil de olvidar en Alsasua. La agresión a dos Guardias Civiles y sus parejas, que disfrutaban de aquella noche en un bar, se saldó con la condena a 8 jóvenes de esa localidad por atentado y lesiones, pero sin considerar terrorismo aquella agresión. Penas de 2 a 13 años que cumplen ahora en cárceles cercanas a sus lugares de residencia, en Pamplona y Zaballa (Álava).

Dos años después de los hechos, los jóvenes de Alsasua están esperando que se resuelvan los recursos presentados por las partes a la sentencia del caso. Bel Pozueta, madre de Adur, uno de los jóvenes condenados decía en la SER que están "a la espera de la respuesta de la sala de la Audiencia Nacional, que esperamos llegue en poco tiempo, y luego veremos qué pasos dar".

Las defensas de los jóvenes han pedido recusar a los jueces que van a revisar la sentencia porque fueron condecorados por la Guardia Civil, aunque la propia sala avisa de que esto "no es motivo de abstención". Mientras tanto, los jóvenes siguen encarcelados. Según Pozueta, "el acercamiento se vivió como un hecho ilusionante pero realemente las condiciones de la cárcel de Pamplona son terribles porque es una cárcel nueva con muchos sevicios pero todos limitados por la falta de personal, sin perspectivas de poder formarse, poder trabajar, de poder hacer algo con su vida que tenga valor". Pozueta afirma que su hijo Adur "lleva unos meses muy duros con una situación de sufrimiento y de aceptar la fuerte condena que tiene y está necesitando algún apoyo".

Los padres de los jóvenes dicen tener fuerzas para seguir luchando por la libertad de sus hijos. "Ahora estamos entre la rabia y la tristeza, dos emociones que no nos aniquilan ni nos ciegan ya que tenemos muy claro que hay que seguir luchando con serenidad por una situación de justicia. Y hablar de justicia es hablar de libertad".