Cáncer de mama
La Firma de Guillermo Granja

"Cáncer de mama", la Firma de Guillermo Granja
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Palencia
Esta mañana quiero dedicar mis palabras a todas aquellas mujeres palentinas que se encuentran en la ardua y difícil tarea de luchar contra el cáncer de mama y para ello me gustaría darle voz a una de ellas, por la cercanía que me une a su vivencia y cuyas palabras reproduzco a continuación:
Para mí el día del cáncer de mama tiene como fecha un 6 de octubre de hace tres años, cuando mi ginecólogo me comunicó el temido diagnóstico: es maligno. Decía Woody Allen que lo más hermoso no es que te digan “te quiero”, sino “es benigno”.¡Qué gran verdad! Ese aciago día me sentí perdida, llena de miedos, sin saber qué hacer o a dónde ir, pero, si algo he aprendido de esta enfermedad, es que tras la tormenta viene la calma y que siempre hay una mano amiga que te presta su ayuda y te enseña por dónde has de empezar a caminar y en este sentido, querría darle las gracias a la Asociación Española Contra el Cáncer, cuyo trabajo, en el caso de Palencia, es encomiable; también a todos aquellos profesionales de la sanidad pública y privada de nuestra ciudad; y a las personas que, de forma anónima y desinteresada, ayudan a que el día a día de todas las mujeres con cáncer de mama sea más llevadero.
He de reconocer que si hay algo que hemos de reivindicar ante la sociedad como una prioridad es la investigación científica y lo digo con conocimiento de causa, pues en mi caso, como en el de otras mujeres, el pronóstico de nuestro tipo de cáncer es favorable, gracias, precisamente al papel de científicos españoles y de sus avances en medicina.
De ahí que destaque la importancia a la hora de colaborar, en la medida de nuestras posibilidades, en los proyectos de investigación financiados a través de la Asociación Española Contra el Cáncer de Palencia, pues resulta terrible escuchar la noticia de que en el año 2030 en el mundo una persona moriría de cáncer cada dos segundos, si se parara hoy la investigación.
Me parece loable que todos nos pongamos un lazo rosa el 17 de octubre, que enviemos imágenes del mismo a nuestras amigas y amigos a través de todos los medios inimaginables, pero no nos limitemos sólo a eso, pongamos nuestro granito de arena, para que algún día todos los medios de comunicación digan a los cuatro vientos: “el cáncer es ya historia”.
Quiero concluir mis palabras transmitiendo un mensaje de esperanza, escrita con letras mayúsculas, de que somos nosotras mismas las que, en definitiva, nos salvamos la vida, de que hemos de ser conscientes de que la detección precoz y las revisiones son vitales y que, aunque el sentimiento de miedo ante ellas muchas veces, sea inevitable, nunca, repito, nunca, nos ha de apartar de un objetivo fundamental, nuestro bienestar.




