Sociedad | Actualidad
Entrevista de la semana

Juan Perea: "Tener de Papa a Francisco y a Demetrio de Obispo es un galimatías acojonante"

Después de 46 años en el Sector Sur, el "cura rojo" de la calle Torremolinos, como muchos le conocían, reflexiona en esta entrevista sobre la Iglesia, la pobreza y los programas que durante décadas han tratado de cambiar la imagen de un barrio que sigue estando entre los más pobres de España.

Juan Perea en el Sector Sur / Cadena SER

Córdoba

Juan Perea llegó a la parroquia de San Martín de Porres en 1972, cinco años después de ordenarse sacerdote. Eran los años en los que solo nombrar la calle Torremolinos daba miedo. Allí se instaló y desde su modesta iglesia trabajó como uno más para transformar un barrio del que casi todos en Córdoba hablaban mal aunque muy pocos, en realidad, lo conocían.

Armado con las ideas progresistas que impulsó el Concilio Vaticano II, tan pronto salía de misa se iba a una de las interminables reuniones de la asociación de vecinos del barrio, La Unidad, que llegó a presidir. Un compromiso social que le llevó también a liderar la Federación Alzahara, a encadenarse junto a las vías del tren para exigir que el AVE tuviera parada en Córdoba y a convencer a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento para que invirtieran 42 millones de euros en uno de los proyectos de transformación urbana y social más ambiciosos que ha conocido córdoba: el Área de Rehabilitación San Martin de Porres.

Ahora a sus 77 años, y ya jubilado, este “cura rojo de los vikingos”, como muchos le conocían, reconoce que con la edad se ha relajado un poco, pero escuchándole queda claro que queda Perea para rato.

Juan Perea nos cita frente al Instituto Averroes, a pocos metros de la que durante décadas fue su parroquia. “¿Sabrás llegar?”, me pregunta por teléfono. “Enfrente hay varios sitios donde podemos charlar tomando un café”, me explica, como para justificar el lugar del encuentro. Nos acomodamos en la terraza que él ha elegido, la del bar Miguel Pino, donde al calor de un par de cortados y del humo de un puñado de cigarros, que consume compulsivamente, transcurre la conversación de la que aquí les ofrecemos un extracto.

Entrevista con Juan Perea, el cura rojo de la calle Torremolinos

Tengo curiosidad, ¿cómo se jubila un cura?

Bueno, los curas jubilarnos, jubilarnos, no nos jubilamos; tampoco, para lo que trabajamos. Normalmente te quedas disponible y el Obispo te asigna un sitio donde echas una mano. Ahora lo que hago es que los fines de semana voy a ciertas parroquias, como las Margaritas, Valdeolleros o Villarrubia a echar una mano. Además son curas que conozco.

¿Que queda de aquella generación de los “curas rojos” de Córdoba?

(Ríe) Yo no acabo todavía de saber bien que son los “curas rojos” y si tú me metes en eso. Se supone que son curas de izquierdas, pero como cada vez esta sociedad se va derechizando más pues resulta que el clero también se va derechizando y de los llamados curas rojos cada vez vamos quedando menos.

¿No hay curas rojos jóvenes?

No, no, no. Bueno, yo por lo menos no conozco ninguno. Hoy la mayoría de los curas jóvenes te los encuentras con sotana, o traje clerical, aquí en Córdoba y en toda España.

¿Te has puesto alzacuellos alguna vez?

Me lo puse, me parece, tres meses o cuatro en el año 67, y con camisa gris, no negra.

¿Tu ideología te ha traído problemas con las altas esferas?

Sí. Con algún obispo más y con otros menos. Yo he procurado ser respetuoso pero firme en mis convicciones y la mayoría han sabido respetarme.

Y si te pregunto qué te parece el Obispo actual … ¿serás sincero conmigo?

Bueno, creo que es un hombre muy trabajador, que escribe para él y para la Santísima Trinidad. Desde mi punto de vista está incardinado en la ideología dominante en la Conferencia Episcopal, que es tirando para derechosa.

¿Concibes tu trabajo sin una fuerte convicción de que hay que transformar la sociedad?

A sí, eso está claro. Yo estuve trabajando en una imprenta que teníamos entre cuatro desde los años 70 hasta los 90 porque pensaba, y sigo pensando, que para estar cercano al pueblo sencillo hay que trabajar, ganarse las habichuelas. Creo que es bueno, necesario y que ayudaría mucho a la evolución que necesita la Iglesia.

¿Te molesta cuando se ataca a la Iglesia, aunque no compartas la filosofía dominante?

Sí. Tengo una sensación un poco ambigua. A veces me sienta mal porque creo que a veces las noticias no se dan con objetividad.

Juan Perea en una calle del barrio del Sector Sur tranformada con el programa de rehabilitación San Martín de Porres que él lideró

Juan Perea en una calle del barrio del Sector Sur tranformada con el programa de rehabilitación San Martín de Porres que él lideró / Cadena SER

¿Como llevas tener como Papa a Francisco y como Obispo a Demetrio, siendo tan distintos?

Bueno, (ríe) esas son las contradicciones de la vida. Aquí pasa con en muchas familias que el padre es de una manera de pensar y el hijo de otra. Es un galimatías acojonante. Yo creo que el Papa Francisco le ha echado coraje a la vida. Como buen Jesuita es un gran analítico. Que hayan canonizado a Oscar Romero es muy importante .Yo, al Papa Francisco lo valoro mucho más que al actual Obispo y que al noventa por ciento de los obispos españoles. Además, el Obispo se mete en todos los charcos y si ha llovido, te manchas.

Hablemos de la pobreza. Según los últimos informes, el Sector Sur está entre los 15 barrios más pobres de España. ¿Han cambiado mucho las cosas desde que llegaste en el 72?

Pues mira … no han cambiado mucho, diría yo. Es más fácil arreglar una calle y unos bloques que hacer un buen programa social. En arreglar las calles del barrio (con el programa de Rehabilitación San Martín de Porres) se tardó unos cuatro años y cinco en mejorar los bloques, pero ni en cuatro ni en ocho años se hace un buen programa social para la transformación de un barrio.

Según el último informe de la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza, el 40% de los cordobeses están en riesgo exclusión. ¿Qué siente un cura de la calle Torremolinos cuando escucha esto?

Yo es que eso de un 40% … ¿Dónde ponemos el baremo de la exclusión social?. Yo no lo sé y no se dónde lo ponen los que hacen los análisis. Lo que sí se es que un tanto por ciento de la población lo está pasando muy mal, y a veces más mal de lo que aparece externamente

¿Echas de menos algo de cuando eras un cura en activo?

Bueno, es que salvo llevar el día a día de la parroquia, sigo en la mayoría de las cosas, aunque a veces uno, con la edad,  se relaja. Este año no he ido a la manifestación del 1 de mayo.

Y dar misa diaria, ¿lo echas de menos?

No. Aunque hay semanas que doy cuatro misas. Donde me llaman, voy.

¿Los que ha venido a sustituirte en la parroquia son de tu cuerda?

No demasiado. Son unos frailes espiritanos a los que no conocía y con los que no he tenido mucha relación

En lo que ha durado esta entrevista te has fumado 4 cigarros. ¿El tabaco es uno de los pocos vicios que se les permiten a los curas?

Sí. Cuento mucho que una vez, después de una reunión con Herminio Trigo, cuando él era Alcalde y yo presidente de la Federación de Vecinos, volvíamos caminando y me preguntó cuántos cigarros fumaba y le respondí, “pues mira Herminio, la verdad, lo me da tiempo”. Que quieres que te diga, yo me despierto de madrugada, tengo la SER puesta y si no me duermo me fumo un cigarro.