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El Oviedo reacciona a tiempo

Los azules vencieron 2-1 a Osasuna gracias a una buena media hora final que les permitió remontar con los tantos de Unai García en propia puerta y Saúl Berjón.

Saúl Berjón celebra junto a sus compañeoros el gol de la victoria ante Osasuna. / Real Oviedo

Oviedo

El Real Oviedo sumó tres puntos más en su casillero a base de empuje y de creer hasta el final. Precisamente ese minuto 90 que tanta tristeza provocó hace una semana, esta vez fue el de la absoluta felicidad con el gol de Saúl Berjón, que culminó la remontada de un conjunto azul que tardó una hora en despertar.

Al igual que sucedió frente al Albacete, Anquela se decantó por el mismo once que venció al cuadro manchego con la defensa de tres centrales y dos carrileros. El jugador del filial Javi Hernández y el panameño Bárcenas fueron las dos novedades que introdujo el técnico jienense en su once, dejando en el banquillo a Javi Muñoz y Aarón Ñíguez.

Rueda de prensa íntegra de Juan Antonio Anquela tras la victoria

Rueda de prensa de Anquela después de la victoria ante Osasuna

08:42

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El balón parado sigue condenando a los azules, ya son 8 goles recibidos de esta forma y, como ocurrió en el Wanda, de nuevo encajaron tras un saque de esquina. En este caso bien pronto, en el minuto 2 se adelantó Osasuna después de un fallo de Alfonso Herrero que no midió bien a la hora de intentar despejar, la pelota le superó y, después de dos rebotes en el área pequeña, el esférico llegó a Unai García que remató prácticamente a placer. Los carbayones tuvieron 43 minutos para espabilar pero nada más lejos de la realidad porque, sin apenas profundidad ofensiva, el fútbol brilló por su ausencia. Por su parte Osasuna, con un planteamiento conservador y un toque de fortuna, encontró esa ventaja en el marcador en el único disparo que realizó entre los tres palos en todo el encuentro.

El Oviedo careció de ritmo en el juego y de precisión de tres cuartos de campo en adelante. Solo alguna combinación en la banda izquierda entre Mossa y Berjón daban cierta esperanza de que pudiese pasar algo, pero ninguna conexión terminó en una acción real de peligro. El balón corría muy lento y Joselu era una isla, únicamente acompañado en ocasiones por Bárcenas, que abandonó el costado derecho para irse al centro. El panameño no tuvo la oportunidad de encarar pegado a la línea y se observó que por el centro no fue capaz de ofrecer lo que requería esa posición.

Con el 0-1 y unas pésimas sensaciones en ataque se llegó al descanso. El regreso de los vestuarios tampoco invitó demasiado al optimismo, solo destacar un disparo lejano de Javi Hernández tras una dejada de Tejera que se marchó desviado. Visto el panorama, Anquela no tardó en mover ficha e introdujo en el campo a Ibrahima por Forlín en el minuto 56, pasando a jugar con un 4-4-2. Superada la hora de encuentro llegó una de las alegrías de la tarde para los azules, que consiguieron empatar gracias al tanto en propia puerta de Unai García que, en su intento de despejar, peinó con la cabeza un buen centro de Tejera. Un gol que metía al Oviedo y a su afición en el choque cuando todavía quedaban treinta minutos por delante.

Ibrahima aportó un poco de aire fresco al equipo y sus continuos desmarques provocaron que la defensa de Osasuna tuviese más trabajo. En uno de esos movimientos del senegalés, llegó hasta el lateral del área y vio cómo asomaba desde atrás Ramón Folch que logró conectar un disparo en una posición un poco forzada, pero la pelota terminó golpeando en Aridane y se fue a córner. El Oviedo a base de ganas y pundonor mejoraba con el paso del tiempo y Osasuna, que mantenía su filosofía de juego, no inquietó a Alfonso más allá del gol anotado.

En el minuto 82 Lillo fue expulsado por doble amarilla tras propinar un codazo a Ibra, que sin duda fue un auténtico revulsivo para los suyos. Precisamente el delantero sería quien tuviese la siguiente oportunidad con un tiro que a punto estuvo de entrar, con Rubén ya vencido, después de golpear el balón en un defensa. Los hombres de Anquela se lo creían, empujaban y, Aarón Ñíguez, que entró por Diegui faltando cinco minutos, probó suerte desde el picó del área y estuvo cerca de sorprender a Rubén que despejó a córner con más apuros de los esperados. Y en el 90 llegó la locura en el Carlos Tartiere. Saúl Berjón botó una falta lateral en corto que Tejerá envió alto, pero que el colegiado mandó repetir. El ovetense en su segundo intento decidió colgar el esférico al área y su lanzamiento se envenenó tanto que cogió desprevenido a Rubén y, aunque tocó el esférico, no pudo evitar que finalmente se colase en la escuadra para el delirio de la afición y de todos los jugadores del equipo carbayón.

El pitido final del colegiado dio paso a un enfrentamiento de los jugadores de Osasuna y el técnico Jagoba Arrasate con Christian Fernández que se quedó simplemente en palabras y sin sanción disciplinar para ninguno de los protagonistas. Segunda victoria del Oviedo en casa, que le permite meterse de lleno en la pelea por los puestos altos antes de visitar el Nou Estadi de Tarragona para enfrentarse al Nàstic (domingo, 12:00 horas).

 
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