Blasco Ibáñez: 85 años en un nicho provisional
El sarcófago creado por Benlliure está expuesto en el Museo de Bellas Artes mientras los restos del escritor reposan en un nicho del Cementerio General
Entrevista al escritor y documentalista Rafael Solaz y al secretario de la Fundación Centro de Estudios Vicente Blasco Ibáñez, Angel López / Cadena Ser
Valencia
El sarcófago que Mariano Benlliure creó para el mausoleo de Vicente Blasco Ibáñez que nunca se acabó de construir, sigue expuesto en el Museo de Bellas Artes. La realidad es que Blasco Ibáñez reposa desde 1935 en lo que se pensó iba a ser un nicho provisional, el nicho 93 de la sección 3ª del Cementerio General de Valencia.
Reportaje en el Cementerio de Valencia
Hasta la fecha no se conoce ningún plan concreto para solucionar tal incoherencia en torno a uno de los más ilustres personajes de la cultura valenciana, más allá de la declaración del Consell Valenciá de Cultura de 2005, instando a trasladar a Blasco Ibáñez al sarcófago de Benlliure: “"El CVC propone que, dada la importancia de Blasco Ibáñez y la belleza del sarcófago de Mariano Benlliure, éste se utilice para albergar los restos del escritor, bien en el claustro gótico del convento del Carmen o bien en otro lugar adecuado, donde la memoria del escritor pudiera ser honrada por todos los valencianos”, rezaba la propuesta de este organismo.
Cuando el 29 de octubre de 1933 los restos del ilustre valenciano Vicente Blasco Ibáñez, fallecido cinco años antes en suelo francés, llegaron al puerto de Valencia, el recibimiento fue multitudinario, convirtiéndose en uno de los más grandes acontecimientos vividos en Valencia. El gobierno republicano se implicó con entusiasmo en la repatriación, y quiso dar un destino a los restos del escritor acorde a la importancia de su figura.
A tal fin, encargaron al arquitecto Javier Goerlich la construcción de un mausoleo, y al escultor Mariano Benlliure, un sarcófago que presidiría el monumento dedicado al escritor. Mientras tanto, los restos de Blasco Ibáñez se depositaron en un nicho provisional del cementerio municipal. No obstante, según ha podido constatar el investigador Rafael Solaz, el Ayuntamiento llegó a proponer enterrar a Blasco Ibáñez en los Jardines de Monforte, pero la familia se negó.
Benlliure concluyó el sarcófago y lo entregó dos años después, en 1935. Del mausoleo de Goerlich se llegó a construir el cuerpo principal, y poco más. La guerra civil desbarató todos los planes, y el mausoleo acabó siendo derruido. El sarcófago fue trasladado al Museo de Bellas Artes donde, despiezado, fue escondido durante décadas, prácticamente emparedado, para que pasara desapercibido al régimen de la dictadura. Con el paso del tiempo su destino sería el Centre del Carme, hasta que el año pasado regresó al Museo de Bellas Artes.
Desde entonces, la situación es la misma, y pese a que estamos hablando de uno de los valencianos más universales, ningún ayuntamiento de ningún color político parece haberse interesado hasta la fecha en que los restos del escritor tengan un destino a la altura de su importancia histórica. Ni siquiera cuando 2017 fue declarado Año Blasco Ibáñez con motivo de su 150 aniversario.
En Hoy por Hoy Locos por Valencia hemos hablado de esta situación con el escritor y documentalista Rafael Solaz y con Angel López, secretario de la Fundación Centro de Estudios Vicente Blasco Ibáñez.
Arturo Blay
Editor del programa Hoy por Hoy Valencia desde 2023. Anteriormente editor de Hoy por Hoy Locos por Valencia...