Mi capitán, ¿yo soy de los nuestros?

Jerez de la Frontera

Casi siempre coincidimos con los demás miembros que componen los grupos a los que pertenecemos en los objetivos finales a conseguir. El problema surge cuando discrepamos en los objetivos intermedios, porque eso convierte a otros miembros de nuestro grupo en rivales. El resultado final será que unos lo consiguen y otros no.

Cuando ganamos todo está claro: somos los mejores y no hay más que hablar. Pero cuando perdemos, acusamos al vencedor de maldad, prepotencia, soberbia, manipulación. Caer en el victimismo es muy tentador, la derrota le deja a uno desconcertado.

Es poco frecuente la autocrítica, da pereza. Quizás nuestra táctica ha sido desacertada, nuestra dedicación insuficiente, o no hemos sabido encontrar los aliados adecuados o no hemos sido capaces de convencer a otros actores de nuestra organización para sumarse a nuestro objetivo intermedio.

Casi siempre, la realidad es que el otro ha acertado con sus estrategias y sus tácticas y nosotros no. La falta de autocrítica nos abona a cometer los mismos errores.

Por cierto, en la lista del PSOE a las próximas elecciones andaluzas parece que no figurará ningún militante de Jerez en puestos de salida. Como hace cuatro años, la quinta ciudad de Andalucía, la más poblada de la provincia, no contaría con ningún jerezano del PSOE en el Parlamento andaluz.

Al PSOE de Jerez le pasa como a aquel soldado al que le llovían balas por todas partes y desconcertado y angustiado preguntaba en medio de la batalla: Mi capitán, mi capitán: ¿Yo soy de los nuestros?