El pirómano se burla de la policía
Un pirómano con 250 contenedores a sus espaldas debería ser un reto policial, una cuestión casi personal

"La línea roja" de Matías Vallés (26/10/18)
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PALMA
Un pirómano ha quemado 250 contenedores en lo que va de año en Palma.
Es decir, a una media de un contenedor diario o nocturno en llamas.
Olvidemos el delito, aunque no podemos olvidar que un policía ya ha resultado herido al apagar el fuego.
Olvidemos los numerosos daños al patrimonio municipal y a los vehículos situados junto a la hoguera.
Tras despojarnos de estos datos, reflexionamos que quemar un contenedor cada día es un trabajo infernal, valga la redundancia.
La quema sistemática exige una organización y un sistema, valga la redundancia.
Si en vez de un pirómano son varios, la dimensión de organización criminal acrecienta el miedo y el mérito criminal, pero también las posibilidades de penetrarla y desmantelarla.
Un pirómano con 250 contenedores a sus espaldas debería ser un reto policial, una cuestión casi personal.
Por desgracia, el criminal se burla de la policía local, y por tanto de la ciudad, y por tanto de la sociedad entera.
Es astuto el pirómano al actuar de noche, cuando todos los palmesanos que han sido víctimas del ruido saben que es imposible contar con el concurso de la policía local.




