Aurelio Real: oído, corazón y compromiso
El autor de algunas de las mejores músicas del carnaval de Cádiz era conocido por sus compañeros como 'Arreglitos'
Cádiz
Aurelio Real nunca recibió una clase de guitarra. Ni de piano. Ni de solfeo. Todo lo que sabe de música se lo ha dado su privilegiado oído. "Esto solo lo puede solucionar Arreglitos", decían sus compañeros de él cuando algo en la música de sus repertorios se encasquillaba. Y le esperaban para arreglarlo a que llegara de Tabacalera a los ensayos. En 1975, Pedro Romero y el resto de componentes de la comparsa le empujaron a poner la música de Napolitanos. Se atrevió, aunque sin comprometerse a nada. "Si sale, sale y, si no, pues nada", les dijo. Y salió tan bien que se llevaron el primer premio. Aurelio Real firmó las músicas de las cinco primeras comparsas de la Peña Nuestra Andalucía. Composiciones maravillosas que forman parte de la historia del carnaval de Cádiz.
Aurelio Real había entrado como componente de reconocidas agrupaciones de Antonio Martín como Los Porteños, Capricho andaluz y Los Rumberos. El grupo, de enorme experiencia y solvencia, reunía ya entonces a grandes voces como las de José Silva, Carlos Brihuega, Jesús Monzón, Emilio Álvarez o Galleguito, entre otros. En 1975 ese renombrado grupo cambió a Martín por Pedro Romero, pero les faltaba alguien que pusiera música y decidieron que Arreglitos lo intentara.
Ensayaban en los bajos del teatro Pemán, en el parque Genovés. "Yo me atreví a lo de la música y salió bien". Y tan bien porque las cinco agrupaciones que firmaron Romero y él entre 1975 y 1979 (Napolitanos, Carnaval 76, Nuestra Andalucía, Los tribunos y Navegantes gaditanos) sumaron cuatro primeros premios y un segundo.
Curiosamente, el único segundo premio que recibió ese grupo en aquel período fue con la comparsa que daría nombre a la peña. Nuestra Andalucía fue una apuesta valiente de Pedro Romero y todo el grupo para comprometerse con su tierra. Cuando la dictadura estaba cayendo pero todavía no había caído. Cuando se alzaban los gritos por la autonomía, pero aún pocos se atrevían del todo a decantarse por ella encima de un escenario. Aurelio Real cree que esa valentía les costó el primer premio.
"El presidente del jurado, Manuel de Diego, fue a vernos a los camerinos y nos preguntó si íbamos a sacar banderas o alguien del paraíso iba a gritar algo. Había un rumor de que habíamos preparado algo. Tuvieron miedo de arriesgarse a dar el premio a una agrupación que podía estar en la picota. Para salvarse, prefirieron dar el primer premio a otros y se quitaron el problema", relata el músico.
Aurelio Real cuenta que la idea primigenia de Pedro Romero para aquel año era haber sacado una agrupación llamada Aires de España, pero Antonio Martín sacó antes España y olé, así que desistió. Fue entonces cuando se le ocurrió seguir en la línea de la reivindicación regional y apostar por una comparsa centrada en Andalucía. No sabía entonces que su agrupación asistiría después como protagonista a las manifestaciones ni que su nombre se utilizaría para la peña que tantas buenas cosas dio a Cádiz y su carnaval.
Lo cierto es que en 1977, meses antes de las históricas manifestaciones del 4 de diciembre, Pedro Romero y Aurelio Real se atrevieron a poner voz a esa defensa de Andalucía como comunidad histórica. "Si Pedro quería a su lado a alguien que pensara igual que él, no pudo encontrar mejor persona que yo. Entre los dos había mucha piña. No éramos conformistas. Y eran tiempos difíciles porque aún existía la censura. Cualquier palabra podía afectar a una letra entera".
Por eso, para Aurelio Real Nuestra Andalucía es una de las comparsas más importantes de su trayectoria. "Por el momento y por la valentía. Cantamos todo aquello cuando aún no sabíamos de qué lado caería la tortilla".
Romero ya se había enfrentado a la censura varias veces con sus letras. "Allí te podía censurar hasta el conserje de Información y Turismo", recuerda Real, quien sostiene que las agrupaciones salían tan bien porque todos cantaban muy convencidos. "Sentíamos cada letra como nuestra". Algo que él trasladó también a sus composiciones, a pesar de su falta de formación musical. "Yo siempre he hecho la música con más corazón que cabeza".