Mirelle Rosique: "Existen tantos duelos como formas de morir"

La muerte de un ser querido es uno de los momentos más difíciles al que nos enfrentaremos a lo largo de la vida. Comprender y aceptar su marcha se convierte en un proceso asociado al dolor cuyo tiempo de duración y espacio en nuestro vida no se puede calcular al cien por cien. «Existen tantos duelos diferentes como tipos de pérdidas», asegura Mirelle Rosique, coordinadora de las III jornadas de Pérdidas y Duelo que se han celebrado en el Área I. Rosique, que es enfermera especializada en cuidados paliativos pediátricos, ha contado en SER Enfermeras, que quizá la muerte de un niño es la peor experiencia por la que puede pasar una familia. De ahí que existan este tipo de equipos que acompañan a los padres, amigos y familia a enfrentarse a una marcha que es tan dolorosa como irremediable. Dice Mirelle Rosique, que en cuidados paliativos pediátricos, los niños suelen dar lecciones de vida a los mayores, incluso algunos de ellos se dan cuenta de que van a emprender un viaje sin retorno y son capaces de explicárselo a sus padres «que no suelen dar crédito a lo que escuchan y tardan mucho más que los pequeños en aceptarlo». Pero, un proceso de duelo no solo se vive ante la muerte de un ser querido, según nos ha contado esta experta, un proceso de estas características también se vive cuando la persona pierde su trabajo, se queda sin casa o se encuentra en un proceso de divorcio. Incluso, la inmigración también suele experimentar uno de los tipos de duelo, al tener que abandonar el país donde se vive.