Los trabajadores de los centros de menores de Álava denuncian una situación insostenible
Desde el sindicato denuncian una evidente falta de control de la Diputación
Vitoria
El sindicato ELA ha puesto en manifiesto esta mañana que la Diputación de Álava reforme las instalaciones y una mayor dotación profesional de los Centros de Acogimiento Residencial de menores de Bideberri, Sansoheta y Estibaliz, ya que esta situación está desembocando en una conflictividad inasumible, según apuntan desde el sindicato.
Las situaciones que se están viviendo en estos últimos meses en los centros residenciales de menores se está volviendo insostenible. "Poco les importan los usuarios ni los trabajadores de estos centros. Es evidente la falta de control por parte de la Diputación", explica Nuria Vallejos Barroso, Responsable de Servicios Socio-sanitarios del Sindicato ELA.
Los centros de menores de Bideberri, Sansoheta y Estibaliz son los más afectados. En Bideberri, desde hace meses, denuncian un problema de hacinamiento. "Menores durmiendo en el suelo con esterillas, seis duchas para 60 chavales o turnos de comida que se solapan", explica Susana Mulero, trabajadora de Bideberri.
El 5 de noviembre se abrió un recurso con 15 plazas, pero les han anunciado que finaliza en junio. "¿No decían desde la Diputación que el hacinamiento es puntual los meses de verano? ¿no será que la puesta en funcionamiento es un parche porque están próximas las elecciones?", explica Nuria Vallejos Barroso, Responsable de Servicios Socio-sanitarios del Sindicato ELA.
No obstante, es en Sansoheta donde la situación es más grave. Vallejos ha explicado que "no es posible abordar multitud de agresiones verbales y físicas tanto entre menores, como de estos hacia el personal educativo". Fernando Soto es un trabajador de este centro que sufrió un intento de apuñalamiento. La situación en el centro es inaguantable, ya que dos de sus compañeros se encuentran expuestos a un alto grado de ansiedad y los demás no presentan más denuncias ante la Ertzaintza por miedo.
Por lo tanto, desde ELA exigen una reforma de las instalaciones, adecuándolas al servicio que se presta, que se diferencien perfiles y edades de los menores y una mayor dotación de profesionales.