Sobre la renuncia de Marchena

Santa Cruz de Tenerife
Es triste que Manuel Marchena, un juez respetado por sus oponentes, experimentado y con una trayectoria profesional intachable, se vea obligado a renunciar porque un político sin seso ni formación democrática argumente que su nombramiento -pactado con el PSOE la semana pasada- permitiría controlar “desde detrás” la Sala Segunda del Supremo, de lo Penal, que juzgará a partir de principios del 2019 la causa por rebelión en el ‘procés’. Munición para los independentistas, que sabrán sin duda sacar jugo en la palestra internacional a esta sorprendente interpretación del acuerdo con el PSOE para renovar los órganos jurisdiccionales.
A Marchena le honra esa decisión tanto como a Cosidó le retrata el mensaje enviado a 146 colegas de su partido, senadores, cargos orgánicos y empleados del grupo. Sorprende que alguien capaz de expresarse en un chat público en esos términos haya llegado a ser portavoz del PP en el Senado, y sorprende más aún que el PP no sólo no pida su inmediata renuncia, sino que avale su impresentable comportamiento: el respaldo (ovación incluida) de los senadores del PP a Cosidó, hace patente el insondable deterioro moral del propio PP, su desprecio por las instituciones y la separación de poderes, su falta de credibilidad democrática.
La decisión del PP ante el escándalo suscitado por la filtración del guasap de Cosidó ha sido otra ridícula chapuza: cancelar el chat de los senadores, y anunciar que abandona el acuerdo suscrito con el PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Una pérdida de tono (y tino) cuyo único sentido es liarla aún más para ocultar el monumental desaguisado. El PP se ha pegado un tiro en el pie con este asunto. Y la bala ha rebotado: la renuncia de Marchena, apoyada unánimemente por los jueces y sus asociaciones profesionales, supone una bofetada para el partido que lo propuso y ha provocado su retirada. Pero también coloca a Pedro Sánchez ante nuevas dificultades: el éxito en la renovación del Poder Judicial apuntaba en dirección a la estabilidad institucional y la capacidad de maniobra del Ejecutivo. La convocatoria de elecciones parece estar más cerca.




