Ongi etorri errefuxiatuak

Bilbao

Fue como reencontrase cara a cara con un viejo amigo al que hace tiempo que no ves. Alegría, entusiasmo, una mezcla de emociones, que me ayudaron a recordar la belleza de mi país, de mi ciudad y de mi gente. Y a reconciliarme con todos ellos.

- Tú y yo nos conocemos - pensé.

- Me alegro tanto... de que también tú estés bien. De que hayas podido salir de aquel infierno de bombas y destrucción a tiempo.

- Veo que también a ti, aquí te tratan bien. Ojalá tu camino hasta Bilbao haya sido mejor que el mío.

- Deseo que algún día nos reencontremos en nuestra ciudad, Palmira. Hasta la vista – me despedí.

Una estela funeraria del siglo II, refugiada en Bilbao, como yo, representa 20 siglos después, la supervivencia, el acogimiento y la solidaridad.

Ongi etorri Errefuxiatuak!