24 horas de instrucción de combate

Palma

Disparar con un fusil de asalto, participar en un ejercicio táctico, montar una tienda de campaña, o comer una ración individual de combate, son algunas de las prácticas que diariamente realiza el batallón Filipinas del regimiento de infantería Palma 47. Hemos acompañado durante 24 horas a las 75 personas en una instrucción de combate.

El acuartelamiento Jaime II abarca casi 240 hectáreas y en él se encuentran campos de maniobras, de explosivos o de tiro. En ese caso los soldados se entrenan durante esta semana para que todo el personal pueda actuar de la misma forma. Antes de comenzar hay que llevar puesto un chaleco y un casco, además del fusil y la pistola. Según el cabo Javier Troyano solo el chaleco podría pesar unos 10 o 15 kilos.

Este equipo no solo participa en funciones de combate sino también en ayudas humanitarias, la última acción, por ejemplo, según el capitán jefe de la primera compañía de fusiles, Cándido Piñeiro, fue en las inundaciones en el Llevant de Mallorca.

Hay que aprovechar la luz del sol para montar el vivac o tienda de campaña individual para poder pasar la noche. Se fija bien al suelo con martillo o con piedras. Dentro es algo incómodo, húmedo y frío.

La comida es básica para mantener todo el día la energía. Son raciones abundantes y calóricas. Hoy de menú hay albóndigas con puré de patatas, potaje de alubias, pan, fruta y agua. Cada uno tiene sus propios cubiertos y se tiene que comer rápido.

Con el estómago lleno, llega la hora de ir al campo de tiro. Caminando con botas sobre el barro. Antes de disparar el teniente de infantería Alejandro Cobas ofrece una breve explicación de cómo usar el fusil. A una distancia de 40 metros, tumbados en el suelo, sin protección en los oídos hay que acertar al enemigo.

Después hay que realizar una práctica para tratar de localizar un explosivo que hay escondido por el camino. Subidos en varios vehículos blindados Vamtac se rastrea la zona con linternas y en ocasiones con visión nocturna.

Cuando el sol se esconde se vuelve al campamento. Esta noche toca una ración individual de combate. Una caja envasada con todo lo necesario para una comida.

A las once de la noche se apagan las luces y todos a dormir. Al día siguiente, a las seis y media, quien esté de guardia despierta a todos al grito de “¡compañeros, diana!”. El baño es el bosque y el aseo se realiza con el agua de una cisterna en medio del campamento. Toca desayunar y hoy dan un bocadillo de chorizo y algo para beber. Ya a las ocho en punto se iza la bandera con el himno de España.