El IBV puede predecir si los usuarios de un producto son frioleros o calurosos
la sensibilidad a los cambios de temperaturas disminuye con la edad

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Valencia
El Instituto de Biomecánica (IBV) es capaz de predecir, mediante un estudio de confort térmico y con un acierto del 71 %, si los usuarios de un servicio o producto son "frioleros" o "calurosos", algo que podrá aplicarse a la mejora y abaratamiento de los procesos de diseño y evaluación de nuevos productos.
El proyecto CoPeT, cofinanciado por el Ivace de la Generalitat y los fondos FEDER en el marco del programa de ayudas dirigidas a centros tecnológicos para el ejercicio 2018, ha permitido constatar al IBV que la sensibilidad a los cambios de temperaturas disminuye con la edad y que las personas frioleras son más sensibles a estos cambios.
Además, se ha podido determinar que las mujeres son más sensibles a los cambios de temperatura que los hombres y que las manos y brazos son las zonas del cuerpo en las que más influye la temperaturas para estar o no en la zona de confort térmico., según un comunicado del IBV.
COPET forma parte de los trabajos llevados a cabo dentro de la línea de Confort Térmico y Postural del IBV, con el objetivo de abaratar las soluciones de confort y la evaluación de productos que interaccionan con el usuario.

IBV

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Según la directora del proyecto, Consuelo Latorre, el confort "es un atributo muy relevante de los productos y especialmente de aquellos con alta interacción con los usuarios, la percepción del mismo genera satisfacción en los usuarios, y por tanto valor para los productos a los que se asocia".
"La interacción física que tendrá el usuario con el producto y los efectos que se producirán en la percepción de la interacción de este, son críticos", ha indicado Latorre.
Según los modelos estudiados, el disconfort depende de los procesos fisiológicos generados en el individuo por las características físicas del producto al realizar una tarea en un entorno concreto.
Para desarrollar el estudio se han analizado las respuestas fisiológicas y los datos objetivos y valoraciones subjetivas de una muestra significativa de 50 usuarios, con tres índices de masa corporal (IMC) diferentes, edades comprendidas entre 20 y 60 años, y la mitad de ellos hombres.
Tras una batería de 144 ensayos en condiciones extremas -entre -5 y 40 grados- se ha generado un gran volumen de datos necesarios para entrenar y alimentar algoritmos de inteligencia artificial (IA) y autoaprendizaje (Machine Learning).
Además, se han inferido modelos estadísticos de predicción de confort usando redes neuronales recurrentes, a partir de las más de 4.500 series temporales generadas.
Así mismo, alrededor de 3.000 termografías fueron tomadas y procesadas durante la experimentación, que junto al análisis de la forma del cuerpo aportan información sobre respuestas térmicas locales.
Según Latorre, "con la edad, aumenta la temperatura a la que se alcanza el confort, y toma mayor importancia la temperatura ambiente que la temperatura de contacto con la piel".
La valoración para poblaciones más longevas está por debajo de la valoración de la población adulta más joven (22-25 años), e igual pasa en la comparativa con mujeres y hombres de una misma edad.
El IBV también ha encontrado que para unos mismos morfotipos (peso, altura y volumen similar, edad y genero), existen respuestas térmicas distintas.
Actualmente se ha avanzado en el modelo de reconstrucción 3D (uniendo los conocimientos de antropometría del IBV, con el trabajo en confort térmico, entre otros, del proyecto CoPeT), en una muestra de usuarios con diferentes "termotipos" o arquetipos térmicos.
Este modelo permite tener en cuenta las diferencias morfológicas y las características térmicas de cada sujeto.
En el proyecto CoPeT (Caracterización y desarrollo de modelos de Confort Postural y Térmico para la obtención de estrategias de diseño y evaluación de productos.) cooperan las empresas Faurencia, Analco y Lear.




