Cómo era Cuenca hace 40 años cuando se aprobó la Constitución
Qué votó Cuenca en el referéndum, qué noticias ocurrieron esos días y cómo se erigió el Monumento de Gustavo Torner en 1986 y la polémica que suscitó
Cuenca
Este jueves 6 de diciembre se cumplen 40 años de la Constitución Española y la efemérides es una excelente ocasión para recordar en el espacio Páginas de mi desván de José Vicente Ávila, que se emite cada martes en Hoy por Hoy Cuenca, lo que sucedía por Cuenca en ese año de 1978, con los primeros pasos para conformar la nueva región de Castilla-La Mancha y el hecho singular de que Cuenca fuese una de las primeras ciudades de España en erigir un Monumento a la Constitución, en 1986, obra del artista conquense Gustavo Torner, en la atalaya de Mangana, que suscitó no poca polémica por el lugar de colocación en el Casco Antiguo.
Cómo era Cuenca hace 40 años cuando se aprobó la Constitución
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En los primeros meses de aquel año de 1978 se daban los pasos iniciales para poner en marcha la Autonomía de Castilla-La Mancha. A tal efecto, Carlos de la Rica, en sus artículos de reflexión en Diario de Cuenca dedicaba una serie de capítulos a la interrogante ¿Mancha o Castilla?, entendiendo que las provincias que iban a formar nuestra autonomía eran Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Toledo, Guadalajara y Madrid. El sacerdote, poeta y escritor, además de impenitente viajero, comenzaba en el preámbulo de lo que sería su trilogía de artículos sobre tan importante asunto, que pasamos a resumir:
“El tema de las autonomías ocupa lugar importante en la nueva Constitución española y parece que llegaremos a ser un Estado regional o federal, con las matizaciones a que da lugar la palabra. Lo que importa ahora es la concienciación de cada porción con destino a integrarse en este o aquel bloque o región.
Para cualquier pueblo catalán el problema no ha existido; sí hay problemas a la hora de la integración navarra y vasca. En esta provincia nuestra nos tenemos que decidir por la Mancha o Castilla. Todos sabemos que el resultado artificial de la división de provincias ha cristalizado, sin embargo, en una relativa identificación.
Y Cuenca, a pesar de su triple catalogación manchega, serrana y alcarreña, es Cuenca sin más, con nostalgia, eso sí, a ese trozo de Requena, hoy valenciano y ayer castellano”. Y se preguntaba De la Rica dónde ir ¿a Castilla o a La Mancha?
Aquellos artículos de Carlos de la Rica tienen, con el paso del tiempo, un gran valor, dignos de un análisis más profundo, aunque ya en uno de sus párrafos avisaba de algo que es muy propio de nuestros días, allende nuestras latitudes: “Hay que reconocer que el tiempo ha obrado inexorablemente y que hoy es muy difícil reconocer fronteras, puntos de origen y permanencia de pueblos puros”.
Las noticias de Cuenca en 1978
Empezaba a forjarse lo que iba a ser la Autonomía de Castilla-La Mancha, pero ¿qué noticias se daban en Cuenca en esos meses previos al Referéndum de la Constitución? Hemos seleccionado algunos titulares de prensa de aquel año 1978, que nos pueden dar una curiosa visión 40 años después, de palabras cumplidas y otras que se llevó el viento:
- La Junta de Comunidades será el órgano de Gobierno de Castilla-La Mancha. Se constituye la Asamblea de Parlamentarios de la Región.
- Los parlamentarios de Albacete y Toledo se oponen a la inclusión de Madrid en la Región Castellano-Manchega.
- El Museo Provincial de Cuenca no cerrará.
- Se repone la hiedra en los muros de las calles de Severo Catalina, Andrés de Cabrera y Alfonso VIII.
- “Multitud y gran orden en las Turbas, con mayor número que nunca”, se destacaba en Diario de Cuenca, que las calificaba de “sobresalientes”.
- El pleno del Ayuntamiento cede una parte del Asilo de Ancianos para Archivo Histórico Provincial, además de acordar que “todos los cables del alumbrado de la parte alta de la ciudad, serán enterrados”.
- Con la etapa Torrejón de Ardoz-Cuenca llegaba la Vuelta Ciclista a España, el 2 de mayo, con triunfo de Domingo Perurena en la Plaza Mayor, abarrotada de público. Perurena llevaba dos años sin ganar una etapa y se sacó la espina en Cuenca, pues conocía el tramo final en cuesta.
- Se reconstruye el edificio de la Casa de Beneficencia para pasar a ser sede de la delegación de Agricultura, pero con dos ventanales menos, reduciendo su amplio espacio y rompiendo su bella estampa y estética.
- El Pleno municipal aprueba la nueva ordenanza para el servicio de vigilantes nocturnos, aceptando la dimisión de Emilio Rosillo como concejal de Tráfico y de Francisco de la Muela como concejal de Serenos.
- El edificio del cine Alegría era derrumbado, tras haber cerrado sus puertas el 15 de octubre de 1973 con la película Frenesí.
- Se publica el libro Cuenca, Cosas y Gentes, (Sierra, Mancha, Alcarria y la capital) de José Luis Muñoz, Luis Calvo, José Ángel García, Juan Ruiz Garro y con las fotografías de José Luis Pinós, Texeda, Carlos Albendea, Ramón Herraiz y Julián Martínez.
- Visita Cuenca el ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Joaquín Garrigues Walker, con proyectos urbanísticos. Garrigues se llevó el libro Cuenca, Cosas y Gentes.
- Castilla-La Mancha ya tiene proyecto de Estatuto Autonómico, agrupando a Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo.
-Se abre al tráfico el nuevo puente del ferrocarril en División Azul (actual Avda. de Castilla-La Mancha).
- Empieza a funcionar el 091 en Cuenca.
- El guitarrista conquense Ismael Barambio, en la final del Concurso Internacional de Guitarra de Granada.
- El escritor alemán Günter Grass pasea por Cuenca, visita el Museo de Arte Abstracto y toma cerveza en una terraza de la Plaza Mayor.
- En septiembre se daba a conocer que 1.800 viviendas serán construidas en Cuenca, en la zona de la carretera de Valencia.
- El Museo de Arte Abstracto, tres veces más grande, amplía su colección y luce en su nueva fachada un portal renacentista de piedra salvado de las ruinas de un palacio de Villarejo de la Peñuela, que originó algunas polémicas.
- “Cuenca tiene algo de Nueva York y algo del Tibet”, declaraba Fernando Zóbel en Diario de Cuenca, resaltando que “lo más importante del paisaje de Cuenca es su luz. Una luz francamente amarilla, por no decir dorada. Ángeles Gasset la bautizó con acierto, luz de color garbanzo”, resaltaba el pintor enamorado de la ciudad de las Casas Colgadas.
- Visita Cuenca y de manera especial el Museo de Arte Abstracto, el presidente del Consejo de Ministros de Luxemburgo, Gaston Thorn, acompañado de su esposa.
- El presupuesto ordinario para 1978, fijado por el Pleno del Ayuntamiento es de 312 millones de pesetas.
- La Diputación anuncia la “inmediata inversión en la provincia de 166 millones de pesetas”.
- En diciembre se aprueba por la Comisión Provincial de Urbanismo la construcción de 3.600 viviendas sin contar con el Plan Parcial de “Fuente del Oro” y el nuevo polígono residencial de “Villa Román”.
6 de diciembre
Se aproxima el 6 de diciembre de 1978: Un voto vale más que mil gritos, reza la publicidad que anuncia el Referéndum Nacional para el miércoles, previo a la fiesta de la Inmaculada. De nuevo Carlos de la Rica escribe sobre Los Derechos del Hombre en su columna de Diario de Cuenca, pocas fechas antes del Referéndum: “Una Constitución es la reglamentación aceptada para la convivencia pacífica y el disfrute de los derechos de la persona humana. Máxima preocupación del ciudadano es la instalación de la misma por los procedimientos que le garanticen la evidencia de respeto y a la soberanía popular”. Esa soberanía popular es la que dijo “Sí” a la Constitución.
¿Cómo fue aquel 6 de diciembre en Cuenca, día laborable, y cómo fue el resultado de la consulta aquí? Tres o cuatro días antes llegó a borbotones la lluvia tan esperada. Por cierto, se había publicado meses antes en la prensa que el Referéndum podía ser el 15 de octubre. Ese miércoles 6 de diciembre, festividad de San Nicolás, fue un día gris, propio de diciembre, fresquito, pero esplendoroso a la vez por poder acudir a las urnas. Un día para la Historia, así con mayúsculas. Los trabajadores tenían cuatro horas para poder votar. El Censo en la provincia de Cuenca estaba en 166.827 electores, de los cuales votaron 124.718, es decir un 74,8%. Para el SI hubo 105.792 votos, lo que suponía un 85% y para el NO, 14.208. Salieron 3.854 votos en blanco y 864 nulos. En la región votó que SI el 73,8%.
Al día siguiente, 7 de diciembre, se inauguraban los nuevos locales del “Círculo de la Constancia” en el Parque de San Julián, y en vísperas navideñas dos concejales “díscolos” del Ayuntamiento de Cuenca daban su voto negativo para que la Corporación concediese la Medalla de Oro de la Ciudad a Fernando Zóbel. Las reacciones no se hicieron esperar, con multitud de cartas y artículos de protesta. La medalla no fue concedida hasta seis años después, en 1984 tras la muerte de Zóbel, a título póstumo.
El monumento de Torner
Decíamos que Cuenca era una de las primeras ciudades de España que erigían un Monumento a la Constitución en la Plaza de Mangana, que se inauguraba en diciembre de 1986. Hace ya 32 años. La elección de la atalaya o plataforma de Mangana como lugar para la colocación del Monumento, que regalaba Gustavo Torner a Cuenca, no estuvo exenta de polémica por la colocación de una estructura abstracta en el Casco Antiguo. El autor explicaba el significado de su obra como homenaje a la Carta Magna con esta leyenda: “Estructura plural y unitaria en equilibrio por tensiones contradictorias sobre una base de gran firmeza”.
Ante la polémica despertada en las semanas anteriores, el propio Gustavo Torner, con la mesura que le caracteriza, intentaba dar a conocer el contenido y el continente de su obra, que él quería que estuviera en uno de los lugares más altos de la ciudad: “Es un ejemplo visual de que es posible vivir con fuerzas contradictorias, siempre que entre todos estemos de acuerdo en hacer un consenso y en respetarnos unos a otros. No es simplemente hacer una forma por hacerla, sino que está funcionando simbólicamente como el arte tradicional”.
Según los datos que hemos recabado la inauguración tuvo lugar el sábado 6 de diciembre de 1986 con la presencia del entonces Defensor del Pueblo, Joaquín Ruiz Jiménez, que estuvo acompañado del ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, y Javier Rupérez, ambos diputados por Cuenca, además de distintas autoridades y ciudadanos en general.
Fue un acto tan sencillo como emotivo y con bastante presencia de público, subido en el perímetro de la plaza de Mangana. A las cuatro y media de la tarde de aquel 6 de diciembre, que era el primer año de fiesta oficial de la Constitución, daba comienzo el acto de inauguración del Monumento, con una procesión cívica de autoridades y pueblo caminando desde el Ayuntamiento hasta la Plaza de Mangana, con la Corporación bajo mazas y la Banda de Música cerrando la comitiva a los acordes de la marcha Comandante Albillos, de Ricardo Dorado.
La plaza de Mangana, que había sido remodelada diez años antes, ofrecía una panorámica de arbolillos en hilera como custodiando la torre y el nuevo monumento en la entrada, tras el acceso de unas escaleras en la que se leía una gran placa en mayúsculas: A LA CONSTITUCION. MCMLXXXVI. Una placa que fue quitada cuando se iniciaron las enésimas obras de Mangana, y entonces se descubrió que era una placa funeraria, como en la película La Colmena con las mesas de mármol, que por debajo eran lápidas.
Durante la inauguración, habló Navarrete como alcalde; Torner hizo su docta exposición, y Ruiz Jiménez valoro la importancia del monumento sobre “la Constitución que nos une”. El reloj de Mangana se sumó al acto tocando sus cuartos, media y entera en los 45 minutos que duró el acto. La noticia de la inauguración del Monumento a la Constitución, que destacaba El Día en su portada, no tuvo el eco esperado a nivel nacional, sobre todo en TVE que la obvió. Sí lo hicieron El País y Radio Nacional. En Gaceta Conquense, y en crónica de Miguel A. Ortega, se destacaba que el Defensor del Pueblo había inaugurado “el monumento a la Constitución de mayores dimensiones entre los existentes en España”.
Polémica por la ubicación
La polémica no faltó en aquellas fechas y posteriormente, no tanto por el Monumento en sí, sino por su ubicación. Desde el primer día la discusión o el contraste de opiniones acompañaron la instalación del monumento, restando la verdadera importancia de lo que éste representa. La concejala de Cultura, Consuelo Ruipérez, decía que “establece un diálogo con el entorno”. El Ayuntamiento había aprobado su instalación, aunque hasta el último momento la Comisión de Patrimonio no dio su visto bueno, porque el proyecto se le envió con cierto retraso. La maqueta fue presentada un mes antes en el Seminario “Cuencaficción” en la UIPM, y Gustavo Torner lo dejó muy claro: “Yo creo que no hay polémica; es decir, si hay un señor que escribe, doscientos que firman y 39.800 que se callan, eso no es polémica. Estamos en un momento democrático y cuando han aprobado la obra todos los concejales por unanimidad, que representan a toda la ciudad, pues lo siento. Otras cuestiones son artísticas y esas son opinables”.
Concluía finalmente nuestro laureado Gustavo Torner: “La escultura tiene una gran peana de cemento sobre la cual se sitúa un paralelepípedo de un hierro especial, que con la acción de la lluvia desprende un óxido, de color marrón, que a la vez protege la corrosión del metal. Posee un cubo brillante, así como unos hilos de acero macizo, que además de entrelazar los diversos puntos de tensión de la escultura, simbolizan los diálogos de los políticos, fuera y dentro del hemiciclo, así como su relación con el pueblo soberano”.
El Monumento forma parte del paisaje y cuando la plaza de Mangana estuvo cerrada tantos años parecía que habían secuestrado la escultura a la Carta Magna, “que nos une”, como decía Ruiz Jiménez aquel 6 de diciembre de 1986.