No hay que pelearse por Vox
Probablemente no va a destruir el país, ni siquiera va a cambiarlo

"La línea roja" de Matías Vallés (05/12/18)
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Palma
He asistido en plena calle a una enérgica discusión sobre Vox.
Nunca me había sucedido, la política no figuraba entre las pasiones que incendiaban a los pacíficos baleares hasta el punto de la refriega callejera.
El duelo se redujo por fortuna a un enfrentamiento verbal, pero estas dos personas se batían con un ardor inusitado para decidir si Vox es peor que los independentistas, si los independentistas son peores que Podemos, o si Podemos es peor que Ciudadanos.
Solo estamos en el tercer día del partido fundamentalista Vox, y ya solo nos falta llegar a las manos en su nombre.
En comentarios como éste se riñe habitualmente a la sociedad por desinteresarse de la política, pero conviene reclamar hoy un poco de distancia.
El propósito de fin de año ha de ser no tomarse la política tan en serio.
No hay que pelearse por Vox, probablemente no va a destruir el país, ni siquiera va a cambiarlo.
Simplemente seguirá su ciclo, porque el tiempo es muy sabio.
No porque el tiempo pone a cada uno en su lugar, sino porque saca a cada uno de su lugar, y Vox también chocará con la realidad.




